La transferencia de conciencia en el Transhumanismo

La transferencia mental y sus implicaciones en el mundo actual

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La trascendencia es una de las mayores necesidades que tiene el ser humano. Por su parte, las necesidades de trascendencia no se limitan al cuerpo físico, sino que también pueden estar relacionadas a trasladar nuestra conciencia a un estado donde permanezca funcional y perpetua, sin estar sometida a la descomposición, daño o mal funcionamiento que supone su existencia dentro del cuerpo humano.

A lo anterior, se le conoce como transferencia de conciencia o transferencia mental y es uno de los temas que trata el transhumanismo. El mismo no es un concepto innovador, toda vez que la ciencia ficción lo ha venido abordando desde hace muchos años; sin embargo, la posibilidad de que dicha transferencia sea una realidad, es una posibilidad cada vez más cercana.

¿Qué es la transferencia de conciencia?

Dentro de la corriente transhumanista, la transferencia de conciencia supone trasladar el plano consciente del ser humano a un dispositivo artificial. Es decir, trasladar el pensamiento, memorias y, sobre todo, la noción de conciencia del sí mismo de una persona a un dispositivo artificial.

La idea ha sido tratada desde muchas ópticas, como veremos en su oportunidad. Como premisa general, esta transferencia supondría que esa conciencia del ser humano pasaría a un plano completamente diferente de la del ser humano. En consecuencia, estaríamos en presencia de un ser que ya no tendría las necesidades clásicas que impulsan al ser humano como temor a la muerte, hambre, necesidad de reproducción, apetitos sexuales, etc.

Por lo tanto, todos los procesos mentales de una persona se convertirían en datos electrónicos y digitales, que pueden ser almacenados, trasmitidos e incluso copiados y que habitarían en la red o algún dispositivo especializado capaz de soportar los millones y millones de datos que requeriría una sola mente humana.

En ese plano hipotético, el ser humano abandonaría su condición y pasaría a formar una nueva entidad con potenciales completamente diferentes a los que podemos imaginar en la actualidad.

Variantes de la transferencia de conciencia

Como hemos señalado con anterioridad, la transferencia de conciencia tiene diferentes ramas sobre su eventual aplicación.

Copiar la conciencia humana

Esta variante pregona que la conciencia del ser humano puede ser copiada como los datos de un simple ordenador. Así, se puede trasladar a un dispositivo en la cual habite y se desarrolle.

Entonces, ¿qué ocurriría con la persona real cuyos datos han sido copiados? Esta persona afrontaría la realidad de estar ante una copia de sí mismo, con su misma percepción, valores, creencias, conocimiento, etc., pero viviendo en un mundo virtual. Una situación que sin duda acarrearía innumerables diatribas del tipo ético y moral.

Trasladar la conciencia

Es uno de los dogmas más radicales dentro del transhumanismo, toda vez que implicaría que la conciencia es arrancada del cerebro humano y trasladada a un dispositivo electrónico, en la cual habitaría con total independencia, suponiendo que el cuerpo del cual provino pasaría a ser desechado o reciclado dentro de la tierra.

Dilemas tecnológicos que supone la transferencia de conciencia o transferencia mental

El cerebro humano, donde habita o se genera la conciencia, está compuesto por millones de neuronas. Se estima que el número de neuronas que pueden existir en el cerebro humano superen las 86 mil millones de células neuronales. A su vez, estas células generan conexiones entre sí, responsables de los patrones de conducta, pensamiento e incluso noción de sí mismo en cada individuo.

Imaginemos entonces el tipo de tecnología que sería necesaria para replicar dichas conexiones. Pero la situación no termina ahí. Por otro lado, debemos recordar que al día de hoy seguimos sin entender cómo funcionan los procesos consientes, ni cómo se producen.

A modo de ejemplo, seguimos sin poder determinar cómo se producen los recuerdos ni cómo trabaja la memoria humana. Tampoco sabemos como influyen los procesos corporales (hormonales, químicos y biológicos) sobre la mente humana. Por lo que resulta complicado que un dispositivo electrónico sea capaz de replicar cada uno de dichos procesos para poder contener a la conciencia humana.

El inconsciente

Otro de los temas que ni siquiera se molesta en abordar la transferencia de la conciencia es el referente a qué ocurriría con el inconsciente. Dicha parte de la conciencia, que es su mayor parte, es un verdadero enigma para la ciencia. No se sabe a que niveles trabaja ni en qué lugar habita, lo cierto es que condiciona toda la vida humana. Por lo qué es fácil preguntar:

¿Cómo copiar aquello que no entendemos ni sabemos dónde está?

Más allá de la conciencia del yo

Desde mucho antes de que surgiera la psicología, el ser humano ha intentado entender cómo funciona su propia mente. Todo ello con miras a responder la eterna interrogante:

“¿Quién soy?”

Por su parte, diferentes ramas del conocimiento han intentado descifrar quienes somos y cómo funciona nuestra mente. Uno de estos estudios nos remonta a Carl Gustav Jung, quien determinó que la mente humana está compuesta por:

❶ Ego o plano consciente.

❷ Inconsciente, compuesto por los instintos, pasiones, miedos, y todos los arquetipos personales.

❸ Self o sí mismo que engloba a ambos planos consciente e inconsciente y se conecta con el inconsciente colectivo del resto de la humanidad. Este último elemento lo dejaremos de lado en el presente análisis, pues tiene implicaciones más metafísicas, relacionadas con la espiritualidad y con nociones de alma y destino.

El análisis se Jung nos trae un material bastante nutritivo para el debate y es el referente a a que, en ocasiones, el ego o percepción del yo, tiende a apropiarse de la identidad del sujeto. Así, éste suele pensar que su percepción de la realidad es igual a toda su noción del ser. Desechando así que es un individuo que también responde, en mayor medida, a los elementos que habitan en su inconsciente, el cual es mucho más basto, pues engloba todas sus vivencias, miedos, traumas etc.

Por su parte, cuando se analizan las teorías sobre transferencias mentales es posible encontrar un lugar común: todas se refieren a la transferencia de la conciencia entendida únicamente como la percepción del yo, del ego, del aquí y ahora, dejando de lado toda la carga inconsciente del individuo.

¿Es viable la transferencia mental?

Con la tecnología actual, la respuesta es un rotundo no. Sin embargo, los trashumanistas abogan porque más temprano que tarde será posible crear la forma para que nuestro cerebro no sólo funcione como un receptor de información, sino que también sirva como un emisor, al cual sea posible conectar algún dispositivo que transfiera todo su contenido a un medio electrónico.

No obstante, como ya hemos señalado, esta posibilidad aún no ha abordado el hecho de que la mente humana no está compuesta sólo de información, sino que va mucho más allá y aborda elementos, que a la fecha, siguen siendo un verdadero enigma.

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