Los chips miniatura que pueden ser implantados, ¿funcionan en seres humanos?

El transhumanismo en puertas

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chip más pequeño

Los avances tecnológicos han permitido desarrollar dispositivos más pequeños, livianos y rápidos, para diferentes aplicaciones. De esta manera, uno de los campos más beneficiados ha sido el médico y los implantes con fines terapéuticos o diagnósticos.

Ahora, ingenieros de la Universidad de Columbia han hecho realidad el chip implantable más pequeño del mundo, con el que pretenden revolucionar los implantes médicos. Conozcamos más sobre él y sus posibles aplicaciones.

La tecnología de chips implantables

Lo primero que se debe destacar sobre estos dispositivos, es que no son nada nuevo. Por el contrario, se han venido desarrollando desde hace décadas, existiendo ya un gran número de personas con uno de ellos bajo su piel. Sin embargo, en lo que respecta a su tamaño y utilidad sí se han dado grandes avances.

Al respecto, es de indicar que los tradicionales chips implantables que conocíamos hasta el momento, son mucho más grandes. Esto es así, al punto de que son perfectamente visibles a través de la piel. En cuanto al uso que se les ha dado a estos chips, encontramos que no son precisamente para salvar vidas, sino más bien para hacer la vida cotidiana algo más sencilla. Por ejemplo, estos permiten abrir una puerta sin necesidad de una llave o realizar pagos sin usar una tarjeta.

Ahora bien, lo que están planteando estos ingenieros con este diminuto chip implantable, es algo totalmente diferente. En este sentido, el profesor de Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Biomédica de la Universidad de Columbia, Ken Shepard, autor principal de la investigación, explica que esta tecnología estaría focalizada para uso médico.

Para el especialista, quien se vio poco interesado en los implantes con fines modificatorios en personas sanas, no existe la posibilidad de que estos chips se utilicen para fines distintos al ámbito hospitalario o de laboratorios.

¿Cuál es el chip implantable más pequeño del mundo?

Como ya señaláramos, la primera nota innovadora de este chip es su tamaño, tan reducido que será posible realizar su implante con el uso de una aguja hipodérmica., es decir, con una aguja común de las que utilizamos para inyectar medicamentos.

Así, los ingenieros idearon un complejo circuito electrónico de 0,1 mm3, totalmente funcional. En este sentido, sus dimensiones sólo son comparables con las de un ácaro de polvo, por lo que sólo puede verse con la ayuda de un microscopio.

Para comenzar a entender cómo lograron semejante hazaña, lo primero que debemos entender es que se trata de un SoC o sistema de chip único. Este término, está referido a aquellos chips que en un solo elemento, integra todos los componentes que forman parte de un sistema completo, sea éste informático o electrónico.

Con este concepto inicial establecido los ingenieros responsables, incluyeron un transductor piezoeléctrico en el dispositivo, el cual serviría de antena para alimentar y comunicarse con el chip mediante ultrasonido, sin la necesidad de cables, conexiones o más módulos que el chip en sí mismo.

Con todos estos elementos sobre la mesa, fueron capaces de crear un chip completamente asimilable por el cuerpo, ya que, por su microscópico tamaño, no podría obstruir ningún sistema vital.

Usos del chip implantable más pequeño del mundo

Ahora bien, tenemos claro que existe un dispositivo tan diminuto que nos los pueden literalmente inyectar. Pero ¿cómo será utilizado?, ¿con qué finalidad? Dudas que seguramente preocuparán a más de uno. Para nuestra tranquilidad, los usos a los que se apuntan son meramente médicos.

En un principio, además del transductor que le permite tener energía y transmitir datos al exterior, se le agregó un sensor de temperatura. Este último elemento, permite al chip ser capaz de detectar la temperatura corporal y sus fluctuaciones en tiempo real y transmitir esa información.

De lo anterior, se evidencia que en un primer momento implantar este chip permitiría la transmisión inalámbrica de toda aquella información que puedan medir los ultrasonidos en el cuerpo. De tal modo, en esta fase inicial se demostró que eran perfectamente funcionales realizando mediciones de la temperatura corporal y enviando los datos.

Este éxito, permite a sus desarrolladores soñar con metas más ambiciosas. Según ellos, futuros chips podrían medir los niveles de glucosa, la presión arterial o informar de la condición respiratoria de alguien, entre muchas otras opciones. Con estos usos, se espera que estos chips signifiquen una verdadera revolución en cuanto al desarrollo de implantes médicos, así como en la recolección de información previa de un paciente a la hora de intervenciones quirúrgicas.

¿Podrían darse usos alternativos?

Como ya se informara, los expertos han indicado que no hay manera que se haga un uso de este tipo de chips distinto a los médicos o investigaciones en laboratorios, al menos no de momento. En este sentido, podemos dar un respiro de alivio, pues difícilmente uno de estos chips podría rastrearnos o controlarnos, como supondrían algunas teorías conspiracionistas.

Por ahora, la única forma de transmitir la información es a través de ultrasonido, método que ha permitido conseguir, a pesar de su impresionante tamaño. Por lo que, la manera de acceder a los datos sería a través de una máquina de ultrasonidos.

Por otro lado, desde un punto transhumanista, podría esperarse que este tipo de avances permitan al ser humano mejorar su condición de vida, monitoreando su estado general de salud en tiempo real. De manera que, pueda mantener controlada todas sus funciones vitales y tal vez disminuir las posibilidades de morir sorpresivamente. No obstante, esto son solo elucubraciones de un futuro distante.

¿Ya se pueden usar en humanos?

Aunque el desarrollo de este chip son noticias impresionantes sobre el avance de las tecnologías, lo cierto es que su uso en humanos aún es un asunto lejano. Toda la información que los ingenieros han suministrado sobre este dispositivo prácticamente invisible, proviene de ensayos en ratones de laboratorio.

A estos animales, se les implantaron los chips en sus cerebros y patas, arrojando los resultados antes compartidos. Pero para que esto se haga en humanos, aún falta un largo camino por recorrer.

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