¿Cambiará definitivamente la arquitectura por causa del transhumanismo? Te revelamos la verdad

¿Cambiará radicalmente la arquitectura a corto plazo?

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arquitectura y transhumanismo

El transhumanismo se ha ido estableciendo como una doctrina que comienza a penetrar en diferentes ámbitos de la vida cotidiana. Así, de una línea de pensamiento asociada a la ciencia ficción, se ha convertido en un verdadero condicionante que podría cambiar todas las estructuras sociales a mediano y largo plazo.

Una de las áreas en las que podría influir el transhumanismo es en la arquitectura. Por ello, analicemos en profundidad qué efectos puede generar el transhumanismo sobre esta técnica y arte de la construcción.

Nuevas funcionalidades en los diseños

La arquitectura procura elaborar espacios y diseños que respondan a la estética de las personas. Por su parte, estos diseños responden, en gran medida, a las necesidades sociales y personales de aquel que contrata la construcción. Ahora bien, todo hace pensar que, en un futuro no muy distante, las necesidades humanas como las conocemos se transformarán, en gran medida, gracias al transhumanismo.

En este sentido, las necesidades de comunicación entre las personas, quienes probablemente comenzarán a contar con dispositivos en sus propios cuerpos, obligarán a la creación de nuevas estructuras físicas que permitan una mejor comunicación inalámbrica. Así, veremos la aparición y proliferación de materiales diferentes a los actuales, además de nuevas estructuras llamadas a permitir un mundo más conectado.

Translibertad y nuevos espacios: la influencia del transhumanismo en la arquitectura

Uno de los principios fundamentales de la arquitectura es la libertad, es decir, permitir que el ser humano pueda desarrollarse libremente dentro de los espacios que ocupa. Para ello, se procura que los espacios físicos (edificaciones) respondan a las necesidades humanas. No obstante, con seres humanos interconectados, que incluso puedan vivir en realidades simuladas, la necesidad de espacios mínimos se puede reducir considerablemente.

De hecho, en la actualidad vemos como en ciudades con una altísima densidad de población, como Tokio, se han desarrollado pequeñas “habitaciones” que literalmente son camas dentro de una pared, a modo de catacumbas.

En la actualidad, este tipo de viviendas puede resultarnos una aberración, pero muy probablemente con dispositivos que permitan a la mente estar en lugares más agradables, el espacio físico pase a un segundo plano, por lo que es posible que proliferen edificaciones mucho más reducidas, destinadas únicamente a cubrir las necesidades básicas de las personas.

Necesidades del pasado

Las reformas orgánicas que postula el transhumanismo son de las más diversas. Así, encontramos corrientes (transhumanismo biológico) que señalan cómo se pueden superar limitaciones biológicas actuales, como no poder ver en la oscuridad, sentir frio o calor o necesitar una hidratación constante.

Así, los científicos transhumanistas están apuntando a crear dispositivos intraoculares que dejen ver en la oscuridad, así como mejoras, incluso genéticas, que permitan a las personas soportar bajas o altas temperaturas, e incluso autorregular dichas temperaturas sin necesidad de medios externos.

Ante esta realidad, factores claves en los diseños arquitectónicos actuales, como la iluminación, ya no serían una prioridad en las construcciones. Como consecuencia de lo anterior, es probable que veamos la proliferación de nuevas estructuras en donde la iluminación sea escasa, e incluso nula, pues tal iluminación ya estaría funcionando en los ojos de las personas.

De igual manera, condiciones esenciales que se requieren en la actualidad, como aislamiento térmico o calefacción, podrían pasar a ser cosas del pasado ante la posibilidad de que los seres humanos regulen su propia temperatura, sin depender de factores externos. Es decir, podríamos comenzar a observar diseños más abiertos o con menos requisitos de aislamiento.

Libertad de diseño en la arquitectura transhumanista

En la actualidad, la mayoría de los diseños de las construcciones están limitados por las necesidades de sus destinatarios. Ahora bien, en la medida en que esas necesidades disminuyan, se reduzcan o, incluso, desaparezcan, entonces estaremos en presencia de una «arquitectura transhumanista», capaz de realizar los diseños más innovadores, toda vez que los arquitectos ya no estarían sometidos a las condiciones actuales.

Imaginemos, por ejemplo, un edificio sin ventanas o sin tuberías para la calefacción. Probablemente su diseño sería muy original y abriría las puertas para que los arquitectos crearan nuevas formas, detalles y condiciones. Es decir, la imaginación y los materiales de construcción serían sus únicas limitantes.

¿Desaparición del espacio físico?

La arquitectura toma como punto de apoyo diferentes tecnologías para proyectar cómo será la visión definitiva de sus proyectos. Así, los planos en 3D y la realidad virtual son de mucha ayuda para que los profesionales de la construcción puedan ver con detalle cómo será el resultado final de una edificación.

Pero ¿y si ya no fuese necesaria la construcción física? Bajo esta pregunta surge todo un mundo de posibilidades. En este sentido, los avances de la realidad virtual son muy acelerados y es sólo cuestión de tiempo para que la realidad virtual se convierta en una realidad cotidiana, en donde las personas que así lo deseen puedan vivir su vida.

En tales casos, se hará necesario un nuevo tipo de arquitectura que diseñe el aspecto de las estructuras y edificaciones. Entonces estaríamos en el terreno de la creación sin barreras ni límites más allá de la imaginación, por lo que todo tipo de estructuras serían posibles, dentro de esa realidad virtual.

Arquitectura y transhumanismo, ¿una realidad cercana?

Los avances en materia transhumanista siguen siendo proyectos y proyecciones a futuro en su mayoría. De hecho, muchas de las investigaciones relacionadas con este campo son muy controversiales y reguladas severamente en la mayoría de los países. Por lo que, en la medida que tales avances no se produzcan, la arquitectura conservará sus condiciones actuales en cuanto a limitaciones y necesidades de confort hacia los destinatarios de una edificación.

Ahora bien, lo anterior no implica que estos cambios en las condiciones biológicas y genéticas del ser humano no llegarán tarde o temprano y, cuando lo hagan, la arquitectura, al igual que las demás artes y ciencias, se verán afectadas y deberán adecuarse a las nuevas realidades.

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