¡Cuidado con la Procrastinación! Y cómo evitar caer en ella

Aprende a identificar esta actitud para evitarla

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procrastinación

Al hacer un análisis concienzudo de nuestro día, es probable que nos percatemos de que hemos postergado, una vez más, una actividad importante. De seguro es una tarea que sabes que debemos realizar tarde o temprano, pero, llegado el momento, no logramos efectuarla.

Esta manera de afrontar obligaciones o ciertas tareas, puede obstaculizar el crecimiento profesional y personal de cualquier persona, por muy talentosa que ésta sea. Es decir, quizás termine echando por tierra todo esfuerzo y compromiso que se puedan tener en otras obligaciones. Si permitimos que esta conducta se extienda, podríamos ver nuestras metas inconclusas y quedaremos con una profunda sensación de frustración.

Por todo esto, traemos la información que necesitas para lograr vencer esta situación.    

¿Qué es la Procrastinación?

Se le conoce como procrastinación, a la tendencia de dejar para luego alguna actividad o deber y en su lugar nos ocupamos con otra menos importante en ese momento. 

Normalmente, esa tarea la vemos tediosa, estresante o como una imposición. Lo cierto es que, a lo largo de nuestras vidas, se presentarán muchas de estas obligaciones y no podremos dejarlas para después, sin tener alguna consecuencia negativa.  

Causas y consecuencias de la procrastinación

Más allá de la creencia de que posponer algo no es más que holgazanería o mal manejo de tiempo, debemos averiguar el origen real de esta conducta.

Algunos estudios, han podido demostrar que se trata incluso de una conducta evolutiva, donde priorizamos actividades habituales, mientras las nuevas tareas entran en conflicto con aquellas siendo relegadas para después.

Asimismo, es igual de importante conocer las consecuencias de la procrastinación. De esta manera, seremos más conscientes y buscaremos formas de evitarla en todos los aspectos de nuestras vidas.

Causas demostradas

En algunos casos, la procrastinación se puede originar por una nueva actividad u obligación, de esta manera no tiene cabida en nuestros hábitos recurrentes, en especial si la tarea no es de nuestro total agrado.

Otra posible explicación de porqué caemos en procrastinar, es que deseamos una recompensa instantánea. Es decir, sabemos que en algún momento tendremos que enfrentarnos a la tarea, pero nos sentimos bien evitándola por el momento.

Otro elemento que origina esta conducta es la búsqueda del momento ideal para realizar la actividad. Así, solemos dejarlo para después, para cuando nos sintamos mejor o con más energía. Pero lo cierto es que, llegada la oportunidad, seguimos sin empezar. Incluso pecamos de optimistas, creyendo que lograremos el objetivo en menos tiempo y con facilidad.

Otro factor decisivo que nos empuja a la procrastinación es el miedo. Muchas veces nuestro afán por relegar está relacionado con el temor al fracaso. En este caso, se trata del miedo al futuro lo que nos paraliza, impidiéndonos seguir adelante. En este punto, incluso el miedo al éxito tiene cabida, pues triunfar implica enfrentar más y mayores retos que pueden ser agobiantes y, por tanto, no deseamos asumirlos.

También es necesario resaltar la falta de disciplina para manejar el tiempo y planificarnos. Ésta es, quizás, una de las razones más fáciles de detectar y por ende de corregir. Por supuesto, siempre que no se oculten otras razones mucho más profundas.

Consecuencias de la procrastinación

De forma inmediata, pareciera que la consecuencia es vernos apurados a última hora para hacer la tarea o cumplir la obligación, cuando ésta se torna impostergable. No obstante, procrastinar afecta de forma negativa y directa a nuestra productividad.

Ahora bien, esto no se detiene ahí. Este hábito puede apoderarse de más ámbitos de nuestra vida además del profesional.

Con el pasar del tiempo, al no lograr concretar uno o varios objetivos podemos ver afectada nuestra autoestima. Además, es probable que generemos una sensación de enfado hacia nosotros mismos hasta sentirnos culpables. Tal comportamiento terminará por formar un autoconcepto negativo, por creernos incapaces e irresponsables. Esto terminará por apagar nuestro entusiasmo ante nuevos proyectos o retos en nuestras vidas.

Ahora bien, lo antes expuesto afecta en nuestra relación con nosotros mismos. Pero de caras hacia terceros también existen consecuencias, pues tarde o temprano nos ganaremos una mala reputación en el trabajo, con amigos y familia. Ello, por dejar todo a última hora o porque crean que no tenemos deseos de progresar.

Consejos para evitar la procrastinación

La buena noticia es que la procrastinación tiene vuelta atrás. Es solo cuestión de fuerza de voluntad, un poco de disciplina y compromiso con nosotros mismos. Así, somos perfectamente capaces de cambiar esta conducta.

Para ayudarles con este propósito les dejamos algunos consejos.

Analizarnos

Para mejorar, el primer paso es ver con detenimiento como esta forma de actuar repercute en nuestra productividad y en la consecución de determinadas metas. Esto nos permitirá identificar esos hábitos que pueden estar coadyuvando a la procrastinación.

Evitar las distracciones

No es necesario movernos para estar conectados con el mundo gracias al internet, pero cuando debemos concentrarnos en una tarea o trabajo específico, esto puede no ser tan beneficioso. Sí, estamos refiriéndonos al móvil y al internet como medio de ocio.

Por supuesto, existe otro cúmulo de cosas más que pueden captar nuestra atención y alejarnos de nuestro plan inicial, pero la idea es reconocer aquellos factores de nos dispersan.

Organizar las tareas

Nadie mejor que nosotros mismos para conocer las horas en las que más productivos y eficientes somos. De esta manera, es prudente que reservemos las tareas más exigentes para las horas del día en las que sabemos estamos más dispuestos a trabajar en ellas.

En ese sentido, también será de ayuda dividir las grandes tareas en metas más pequeñas que nos harán más fácil ir logrando pequeñas victorias, cuando menos lo esperemos ya habremos logrado el objetivo final.

Compromiso

¡Cuando se quiere se puede! Si es algo que nos va a reportar un beneficio a la larga, recordemos esa frase como impulso para realizarlo. De esta forma podremos pensar en esa tarea más allá de una obligación, teniendo una perspectiva diferente que nos motive.

En todo caso, la idea es logar un compromiso con nosotros mismos y con las tareas a realizar.

No temer al fracaso

Debemos ver el fracaso como una posibilidad y no como un hecho inequívoco ante nuestra actuación. En todo caso, el fracaso es una consecuencia natural de todo intento, pero no es el único resultado posible. Así, siempre debes recordar que todo éxito probablemente está construido sobre cientos de fracasos.

Recompensemos el progreso

Una buena práctica para evitar la procrastinación establecer un sistema de refuerzos positivos por los logros alcanzados. Un descanso, una salida al cine, regalarnos algo por cada obligación o meta lograda.

En definitiva, estos son unos consejos que nos permitirán lograr mayor productividad y nos incentivarán a dejar de postergar las cosas. La idea en no dejar para mañana lo que podemos hacer hoy.

El éxito está al alcance de nuestras manos, pero debemos trabajar por él y las recompensas se verán siempre que logremos un compromiso con nuestro plan y con nosotros mismos.

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