La era prehistórica constituyó el período más largo de la humanidad, que va desde la aparición del hombre hasta que comenzaron a surgir los primeros escritos. Durante todo ese tiempo la alimentación del hombre prehistórico no fue única, sino que fue evolucionando.
A modo de ejemplo, podemos decir que previo al descubrimiento del fuego, el hombre tenía una forma de alimentarse muy limitada, dada la descomposición de la carne, situación que cambiaría con el fuego, que permite una mayor preservación, así como el surgimiento de otras técnicas.
Teniendo en cuanta lo anterior, hoy analizaremos qué comía el hombre prehistórico.
Hierbas, plantas e insectos
Al principio, la alimentación de los cavernícolas en la prehistoria se basaba fundamentalmente en plantas o hierbas, algunas de las cuales hoy día se consideran plantas medicinales o malas hierbas. Una de las plantas más consumidas fue la juncia real, conocida también como castañuelas, la cual no es considerada una planta comestible en la actualidad.
Al contrario de lo que es hoy día, la castañuela resultaba ser una planta muy valiosa para los cavernícolas por sus múltiples propiedades, para uso medicinales, perfumes y definitivamente como alimento.
No obstante, las frutas y los vegetales también fueron fuente de alimentación para el hombre primitivo. Así durante la época del Mioceno, la dieta más usual era la del consumo de vegetales e insectos, siendo que muy pocas veces, al menos en los estudios del sistema digestivo de los restos humanos de esa época, se detecta el consumo de algún tipo de carne animal.
Comida cocinada
Posteriormente, no solo con el consumo de plantas vivió el hombre prehistórico. Una vez descubierto el fuego, el cavernícola comenzó a experimentar la comida cocinada. Este hecho fue posible registrarlo gracias a que se detectaron trazas de humo en los fósiles. Así, con el fuego, se ampliaron las opciones de alimentación de manera considerable.
En este sentido, se inicia el consumo de la carne, bien por el consumo de carroña o con el inicio de la caza. Sin embargo, hasta ese momento, todavía la dieta era mayormente basada en vegetales.
Este proceso de cocción contribuyó igualmente con la evolución del hombre, pues se desarrollaba el aparato masticador humano y así los dientes se fueron reduciendo y la estructura de los músculos para masticar se fue suavizando. Ante este proceso novedoso para ellos, la cara humana se fue formando de manera distinta, decreciendo la forma de la barbilla y la forma de la mandíbula.
Caza y pesca
Por una parte, la migración de los homos erectus del trópico hacia el norte generó un cambio drástico en las fuentes de alimentos, por lo que la fuente primigenia de alimentación, como fue la vegetal, base de la comida humana primitiva, solo era consumida durante el verano. De allí comenzó el crecimiento de la actividad de caza y pesca.
Al principio los cazadores más listos eran los que lograban conseguir las presas, lo cual a los efectos del desarrollo contribuía con el crecimiento del cerebro. Esto a su vez hizo descubrir igualmente lo que era conseguir el alimento en grupo, así las debilidades individuales quedaron fortalecidas por el trabajo en equipo.
Las opciones eran variables, desde venados, ganados, hasta conejos, liebres, además de la diversidad de aves. Al respecto, es de agregar que durante el desarrollo del hombre, ciertos animales como las reses salvajes, particularmente los toros, comenzaron a tener un sentido religioso, por lo que eran cazados solo para rituales.
Gradualmente, el conservar animales para este tipo de rituales iría abriendo el paso para la domesticación de ciertas especies y el consecuente inicio de la cría de animales de engorde.
Crianza de animales y siembra de plantas
La misma evolución del hombre, gracias a su desarrollo de la disciplina, el ingenio y la capacidad de observación, indujo a los hombres del Mesolítico a modificar su estrategia para conseguir el alimento. Así comenzó la cría de animales y a sembrarse las plantas que les resultaban beneficiosas.
En tal sentido, se dio inicio a la siembra de la cebada y del trigo en la antigua Mesopotamia (8 mil años antes de cristo). Posteriormente, los paleolíticos modificaron la agricultura y establecieron nuevas formas más domésticas de criar a los animales y sembrar las plantas, herramientas de las cuales el hombre comenzó a depender para su alimentación, cambiando su patrón de comer alimentos silvestres, por el de consumir plantas y animales cultivados o domesticados.
El estudio de dientes fosilizados nos permite saber como evolucionó lo que comían los cavernícolas
La afirmación de que esta dieta prehistórica haya sido efectivamente así, se desprende de los distintos estudios que analizan los dientes fosilizados de los hombres prehistóricos, entre ellos, la investigación realizada por la Universidad Autónoma de Barcelona, al extraer compuestos químicos y microfósiles de la placa dental calcificada de dientes encontrados en un yacimiento de Sudán.
Otro estudio se realizó en un yacimiento prehistórico en Al khiday, el cual arrojó que al menos durante 7000 años, los hombres prehistóricos comían tubérculos de castañuela. Gracias a estos tubérculos se nutrían de una buena fuente de carbohidratos, además de contener cualidades medicinales.
¿Los cavernícolas tenían caries? Un dato curioso…
Resulta inesperado que de los estudios a los dientes fósiles que se han realizado, se han encontrado pocas cavidades producto de las caries. Esto se debe a que se ha detectado consumos masivos de tubérculos de castañuela en lo seres humanosdurante todos los períodos estudiados, es decir, tanto en el período preagrícola como durante el agrícola.
En este sentido, es de recordar que esta planta posee altos beneficios para contrarrestar la bacteria que generan la caries, como lo es la Streptococcus mutans. En consecuencia, eran muy pocos los casos de caries que se pudieran registrar entre los hombres de las cavernas.
Me ha gustado leerlo. Puede servir como introducción al tema, pero se echa en falta referencias bibliográficas