La esencia del transhumanismo ha sido la optimización de la especie humana, superando así sus propias limitaciones evolutivas. Por su parte, se procura que esta constante mejoría se logre gracias a la ciencia, especialmente cuando se trata de afrontar el reto de aminorar las enfermedades.
Así, entre las tendencias consideradas por el transhumanismo para lograr estas mejoras encontramos las operaciones de trasplante, las cuales han evolucionado en cuanto a técnicas, métodos y partes del cuerpo humano que pueden pasar un organismo a otro.
Es por ello que el trasplante hasta la actualidad se ha centrado en los órganos vitales, procurando la continuación de la existencia de la persona con calidad de vida. Sin embargo, la curiosidad y el deseo de ir más allá no se detienen y las investigaciones científicas procuran ir un paso adelante. Tal es el caso del trasplante de cabeza.
El trasplante de cabeza en la práctica
Algunos expertos de la ciencia médica consideran que los trasplantes de cabeza no tienen cabida alguna en la realidad, y que no existe probabilidad de que lo sea a mediano plazo. Una de las más grandes dificultades para ejecutar este procedimiento con éxito sería la conexión de la médula espinal con el cerebro, de la cual depende todo el movimiento del cuerpo.
Ello, sin contar a su vez con la unión de los vasos sanguíneos y la reactivación de las células nerviosas y las neuronas, todo lo cual compone el complejo sistema medular.
Pese a toda esta crítica, se han presentado para asombro de muchos trabajos empíricos, que ha decir de los científicos protagonistas del procedimiento, han resultado exitosos. Sin embargo, la polémica no se hizo esperar considerando el procedimiento aplicado.
Médicos Pioneros
Hay varios nombres que podemos destacar en este campo, sin embargo, existen expertos médicos que resaltan en este tipo de procedimientos, tal como veremos a continuación:
Robert White
Ha sido catapultado para la historia por ser el primer científico en realizar este controversial procedimiento en monos, en los años 70. Se indica que el animal objeto del experimento, vivió 8 días con la activación de algunos sentidos, aunque sin poder controlar su cuerpo por la imperfecta conexión del sistema nervioso. Si bien se alude a esto como un logro, materialmente no se lograron evidenciar sus resultados.
Sin embargo, sus procedimientos no tuvieron mayor avance por no poder obtener apoyo financiero para sus investigaciones. Todos sus adelantos y pruebas se desvanecieron con su muerte en el año 2010.
Sergio Canavero
Se reconoce por ser el primer neurocirujano en hacer público sus prácticas en lo que se refiere al trasplante de cabeza. Al igual, que el controversial Robert White, indica que su metodología comenzó en animales, esto es, monos y ratones. Sin embargo, pese al anuncio, se desconoce la realidad material de su práctica, procedimientos, informes detallados o los resultados que argumentó.
Aduce que en el caso de los monos, el trasplante resultó exitoso, pues a pesar de que nunca recobro la conciencia y no fue conectada la médula espinal, este sobrevivió aproximadamente 20 horas después de la operación. Que esto último obedeció a las razones éticas de no llevar al extremo las condiciones del animal.
En cuanto a los ratones, se trató de un injerto de cabeza de un ratón a otro, por lo que en definitiva era un ratón con dos cabezas, lo cual permitió conocer la compatibilidad de las especies.
Posteriormente, anunció que había logrado con éxito el primer trasplante de cabeza. La misma fue catalogada como exitosa, pese a que se trataban de dos cadáveres, siendo esta la única pesquisa que se conoce. No obstante, tampoco se obtuvo información alguna sobre este trasplante.
¿Un procedimiento médico de trasplante de cabeza?
Conforme a lo señalado por el Sergio Canavero, se requieren de aproximadamente 36 horas de riguroso y muy bien planificado y preciso trabajo quirúrgico. Además de un gran equipo de médicos y asistentes atentos durante todo este tiempo.
Lo primero que se requiere sin dudas es un donante de cuerpo, y que se compatible con el destinatario. Se aplica la anestesia para éste, procurando mantener vivo el cerebro a través de bombeos de fluidos, a gran cantidad y bajas temperaturas.
Entre ello, se debe asegurar que el cuerpo donado se encuentre sentado para proceder a la decapitación y posterior conexión de todos los elementos necesarios para el funcionamiento del cuerpo.
Se inicia con el corte exacto, perfecto y simultáneo de ambas médulas espinales con la ayuda de una cuchilla ultrafina. Una vez logrado, de manera inmediata se procede a la unión de cuerpo y cabeza mediante la conexión de medula, tejidos, vasos, nervios y demás elementos físicos, lo cual debe ser lo más exacto y en el menor tiempo posible.
Finalmente se requerirá que el paciente se mantenga más de un mes en estado de coma y al menos un año de fisioterapia. Probablemente necesitará además de ayuda en otras ramas de la medicina, como la psicología.
Esta técnica quirúrgica podría requerir de más de 100 millones de dólares para ser realizada. Sin embargo, no existe actualmente ningún caso en humanos que brinde certeza de sus resultados.
Caso en desarrollo
No obstante, a la desinformación y falta de certeza alguna de este experimento, surgió el primer voluntario que, en principio, quiso someterse a esta técnica. Se trata de Valery Spiridonov, un ciudadano ruso que se encuentra en una situación médica degenerativa, en la cual, pudiera decirse, lo único que tiene en función es el cerebro.
En sus palabras, Spiridonov cuenta que de niño conoció por sus lecturas la experiencia del médico Robert White. Que su realidad lo ha motivado a sumarse a este suceso histórico de la ciencia, a pesar de conocer el procedimiento y de tener el riesgo más grande que es perder su vida.
A pesar de la primera intención, se conoce que en la actualidad, este interesado descartó la posibilidad de hacerlo. Por su parte, Sergio Canavero asevera que existe otro voluntario de origen chino.
Los problemas que se afrontan
Si bien existe la crítica, no deja de ser de interés para un gran número de investigadores del área. Por su parte, una de las mayores barreras con la que se encuentra el trasplante de cabeza, es la parte inmunológica la cual no se ha logrado resolver.
Por otro lado, más allá de lo científico, la otra muralla es la aprobación social, cultural, y religiosa, de estos avances médicos. Surge la confrontación entre la evolución natural y lo transhumano, la ética y la moral sobre la oportunidad de continuar viviendo por métodos que escapan de la filosofía espiritual del hombre.
