Muchas veces aseveramos una idea con total convicción, como si la hubiésemos confirmado de primera mano. Pero, realmente sólo la damos por cierta porque la mayoría de las personas que nos rodean, e incluso los medios de comunicación, la dan como cierta.
Para poder evitar estos episodios y hacernos con nuestras propias ideas, así como hacernos con una excelente herramienta para nuestro desarrollo personal y laboral, debemos cultivar nuestro pensamiento crítico.
¿Qué es el pensamiento crítico?
Seguramente hemos escuchado este término en más de una oportunidad, especialmente si hemos tenido que buscar empleo para cargos de gerencia o liderazgo. Pues en el perfil solicitado, destacarán características propias de un pensador crítico. Así tenemos que el pensamiento crítico ha sido definido de tantas formas como personas han estudiado sobre él, pero podemos establecer algunos puntos en común en el siguiente concepto:
Es un proceso mediante el cual podemos organizar conceptos, ideas y conocimientos. Gracias a este tipo de pensamiento se puede llegar a una postura más objetiva sobre un tema.
También se le ha definido como un proceso cognitivo racional y reflexivo. A través de éste se analiza la realidad con independencia de los sentimientos y prejuicios, que se puedan tener sobre determinado asunto.
Básicamente, se trata de cuestionar todo aquello que se da por sentado, pero desde un punto de vista totalmente objetivo, donde se evalúen distintas fuentes de información y una manera diferente de hacer las cosas que ya se hacen. En este sentido, es darle una nueva perspectiva a determinadas cuestiones.
Al mismo tiempo, estos enunciados que se generen de este pensamiento deben ser éticamente correctos y verdaderos, mientras se evalúa la consistencia de los razonamientos.
Importancia del pensamiento crítico en la actualidad
Ahora bien, a simple vista estas definiciones pueden parecer muy abstractas y que poco o nada tienen que ver con nosotros. Pero nada más alejado de la realidad, cualquiera puede ser un pensador crítico y aplicar esto en su entorno laboral y personal.
Sin embargo, no se puede negar que para que una persona posea facilidades de desarrollar la curiosidad necesaria del pensamiento crítico, sin dudas debe existir una estimulación desde temprana edad. Esta estimulación debe ir dirigida a fomentar la formulación de preguntas y un carácter inquisitivo, además de incentivar la lectura y la necesidad constante de obtener información veraz. Pero no todo está perdido, para los adultos, aunque sea una tarea un poco más complicada, es perfectamente posible desarrollar el sentido crítico.
Dicho lo anterior, debemos tener siempre presente que el pensamiento crítico está muy ligado a la idea de cuestionar todo lo previamente establecido, y esto adquiere relevancia desde varios ámbitos.
De manera que, no sólo estaremos buscando distintas perspectivas de un tema en debate, sino que estaremos preguntándonos cuál es la mejor manera de hacer algo que ya se viene haciendo de determinada forma. Esto, podría ser aplicado perfectamente en la revisión de alguna política pública o de algún plan de educación, planteando cuestiones como ¿No podría hacerse de otra forma? ¿No hay una solución más sencilla?
Sumado a lo anterior, el pensamiento crítico es una habilidad cada vez más valorada en las empresas actualmente, pues es un pensamiento que genera habilidades para resolver problemas, tomar decisiones y minimizar la conflictividad en ambientes empresariales.
Asimismo, nos puede permitir ver alternativas a problemas, mejorar la comunicación y acabar con perjuicios existentes a cerca de un aspecto particular sobre en que se esté discutiendo. Todo sobre la base de argumentos sólidos, veraces y éticos.
Ventajas del pensamiento crítico
De todo lo antes explicado, podemos deducir que el pensamiento crítico nos ayuda a diferenciar argumentos falaces de los fundamentados, así como a saber reconocer información valiosa de la que no lo es. Esta estructura nos hace capaces de establecer conclusiones bien apoyadas y hacernos dueños de nuestros pensamientos, con lo cual actuaremos en consecuencia.
Esta valiosa actividad cognitiva, podremos aplicarla a cualquier aspecto de nuestra vida, especialmente en aquellos momentos en los que se necesaria la resolución de problemas y la toma de decisiones. En definitiva, el pensamiento crítico abrirá nuestras mentes, enriqueciéndonos como personas.
¿Cómo desarrollar el pensamiento crítico?
Como lo indicáramos antes, este tipo de pensamiento resulta más fácil incentivarlo desde temprana edad, pero nunca es tarde. Por lo tanto, podemos estimularlo, acercándonos y familiarizándonos con ámbitos culturales bien nutridos, adquirir o reforzar el hábito de la lectura variada, informándonos a través de diversas fuentes y por supuesto formando nuestro propio pensamiento y no simplemente aceptar lo que dice la mayoría.
Aunque todo esto no es una ciencia cierta, algunos investigadores, entre ellos los doctores Richard Paul y Linda Elder, del The Critical Thinking Organization, ambos referencias obligatorias cuando de pensamiento crítico se trata, han establecido que para calificar la calidad de un argumento, a través del pensamiento crítico se deben observar siete factores, todos relacionados entre sí.
De manera que, la próxima vez que leamos o escuchemos una noticia o argumentación que debamos analizar, deberíamos tener en cuenta lo siguiente:
Claridad
Un razonamiento debe ser claro, de lo contrario se hace imposible para quien lo recibe valorar si lo que se plantea es cierto o relevante y mucho menos se podrá contraargumentar. Si nos encontramos frente a esta situación, conviene preguntar ¿podría dar un ejemplo? Así puede ayudarnos a comprender o visualizar la idea.
Veracidad
Si nos encontramos frente a una idea clara, el siguiente paso es verificar su exactitud. Para ello, preguntas como ¿cuál es la fuente? Nos permiten conocer si el argumento procede de fuentes fiables y en consecuencia es veraz.
Precisión
Una proposición debe estar ajustada a los conocimientos, si nos es posible definirlos en un primer momento, se deben requerir más detalles, preguntas como ¿puede ser más específico? Ayudarán a asentar el conocimiento exacto en la idea.
Pertinencia
Claramente, cuando se está tratando un tema particular, los argumentos o ideas planteados deben guardar relación directa con el tema a debate o el problema planteado. Si existe alguna duda sobre este aspecto, la cuestión al interlocutor sería ¿cómo se relaciona con el tema?
Profundidad
Al momento de establecer un argumento, estos deben poseer un nivel de análisis, investigación y explicación suficiente para su fundamentación. De no ser así, sólo será una idea vacía, carente de cualquier contenido para evaluar. Si llegase a presentarse este escenario, simplemente bastará con solicitar los argumentos que sustenten dicha proposición.
Amplitud
Nadie es dueño absoluto de la verdad, ni existe una sola forma de hacer las cosas, por tanto ante una proposición que sólo se limite a un ángulo del problema se le debe plantear la interrogante ¿hay otra forma de abordar esta situación?
Lógica
Sencillamente, ordenar los pensamientos de manera que se apoyan mutuamente y no existan contradicciones.