La era de la comida en el espacio, ¿la hemos alcanzado?

Evolución de la alimentación espacial

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comida de astronautas

Es un tema habitual la posibilidad de realizar viajes al espacio, incluso para turistas. Por lo que tenemos la impresión de que los expertos tienen resuelto muchos de los obstáculos que supone salir de nuestra órbita.

No obstante, si se trata de viajes de larga duración, cuya tripulación serán astronautas experimentados que estarán meses e incluso años en una nave espacial, existen aún importantes asuntos por resolver, entre ellos la alimentación.

¿Qué comen los astronautas?

Antes de preparar nuestras maletas rumbo a otro planeta, serán los astronautas quienes deban llevar el peso de probar las condiciones del espacio exterior. Por ello, conociendo un poco cómo estos aventureros y valientes científicos hacen para alimentarse durante sus misiones, podremos tener una idea de cómo el simple hecho de comer cambia radicalmente en microgravedad.

Los primeros pasos: alimentos en tubos de aluminio

Previo a preguntarse qué comerían los astronautas en sus misiones, realmente la primera interrogante al iniciarse la carrera espacial era si los astronautas podrían ingerir alimentos en el espacio. Ello, dado que en ese momento no había certezas de si se presentarían o no efectos adversos al comer o cómo reaccionarían sus organismos fuera de la Tierra.

Fue el soviético Yuri Gagarin, quien en abril de 1961, se convirtió en el primero en comer fuera del planeta. El método, aunque poco apetitoso, funcionó. El mismo consistió en exprimir, directamente a su boca carne de res y pasta de hígado contenidos en un tubo de aluminio. Esto fue replicado por sus colegas en misiones más largas.

Con esto, se pudo dar respuesta a la pregunta inicial, los humanos sí podían comer y tragar en gravedad cero sin sufrir efectos nocivos. Ahora sí, podían plantearse cuestiones cómo qué comerían, cómo conservar los alimentos, cómo hacerla más apetitosa, entre otras.

 La evolución de la comida espacial

Afortunadamente para las tripulaciones espaciales, la tecnología de los alimentos ha evolucionado muchísimo hasta nuestros días. Así, comenzaron a introducirse alimentos deshidratados para misiones más extensas. Es así como aumentaron considerablemente sus opciones alimenticias.

Asimismo, se pudo demostrar que el pan no resulta ser buen compañero de viaje espacial. Lo anterior obedece que no se mantiene fresco y además causa peligrosas migas flotantes en la cabina, esto implica riesgo de daños en los equipos, así como, a los ojos y pulmones de los astronautas. Como su sustituto, las tortillas son perfectas y se han convertido en las favoridas de los viajeros del espacio.

¿Cómo se prepara la comida espacial?

Ahora bien, es evidente que esta comida debe ser especialmente preparada y envasada para soportar el viaje al espacio. Por lo tanto, muchos se preguntarán quien se encarga de esto.

En el caso de las misiones estadounidenses, es el Laboratorio de Sistemas de Alimentos Espaciales del Centro Espacial Johnson (JSC). Este laboratorio se encarga de realizar las pruebas, preparación y envasado correspondiente de los alimentos, siempre teniendo en cuenta que los requerimientos de nutrición varían en condiciones de microgravedad.

Frutas, verduras y la agricultura espacial

Hemos estado hablando de misiones y viajes largos en naves espaciales, y por supuesto que estas experiencias nos darán la información para conocer nuestras posibilidades en el espacio.

No obstante, esto siempre implica que los alimentos se preparen en la tierra, bajo ciertas condiciones, para que resistan el viaje y alimenten a los tripulantes. Pero, ¿Qué se dice de intentar la producción de alimentos en plena misión? O una vez llegados a un posible destino, como por ejemplo nuestra colonización de Marte, ¿Se podría cosechar alimentos? ¿Podríamos comerlos?

Para ayudar a dilucidar estas dudas, una buena plataforma de experimentación es la Estación Espacial Internacional. En ella se han llevado a cabo diversos experimentos para determinar la viabilidad de cultivar verduras en condiciones espaciales. De igual forma, en la Tierra también se desarrollan experimentos donde se replican las condiciones de planetas como Marte para determinar cómo intervenir e intentar lograr cultivar en ese suelo y en ese entorno.

Veggie

Ante estos retos, la Nasa cuenta con un sistema de producción de vegetales, llamado Veggie. Este jardín espacial se encuentra en la Estación Espacial Internacional, y tiene la finalidad de ayudar a comprender el crecimiento de las plantas en microgravedad.

Se trata de un ambiente controlado, donde las plantas crecen en pequeñas parcelas en las que se distribuyen agua, nutrientes y aire uniformemente y en equilibrio cerca de las raíces. También se utilizan luces LED con un espectro de luz adecuado para promover el crecimiento de las plantas.

Todo esto ha permitido que se cultiven con éxito tres tipos de lechuga, arroz, col china, trigo, mostaza, col rizada roja, albahaca, guisantes, ajo, rábanos, pepinos, cebollas y perejil.

Con estos importantes avances, se abren verdaderas oportunidades de poder sustentarnos en el espacio, no sólo para desarrollar misiones espaciales más largas y ambiciosas, sino, para hacer vida en otros planetas aunque sus condiciones sean hostiles. Pues la idea sería simular las condiciones de la Tierra.

¿A qué sabe la comida cultivada en el espacio? 

Todos los alimentos que se han logrado cultivar, han sido probados por los astronautas de la Estación Espacial Internacional. Primero se toman algunas muestras, se congelan y se envían a la Tierra para su estudio. Pero, en ocasiones los tripulantes han realizado catas de sus productos.

Se debe tener en consideración que en la mayoría de los casos se busca reproducir en la medida de lo posible, las condiciones de la tierra para el desarrollo de las plantas. Pero hacerlo a la perfección no es posible, alguno de esos factores diferenciadores, además de la falta de gravedad, es el estrés que pudiera afectar a los astronautas que manipulan el crecimiento de las plantas.

Según señala el laboratorio de la Estación Espacial Internacional, las plantas son capaces de producir sustancias protectoras ante el estrés, llamadas lactonas sesquiterpénicas, que pudieran hacer a la planta más amarga o con un sabor más fuerte. Ejemplo de ello, fue el astronauta Scott Kelly, que probó una lechuga romana cultivada en la estación, a la que definió de amarga.

Sin duda falta un largo camino para ser autosustentables en el espacio, pero los resultados son bastante favorecedores.

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