Descubre la verdad detrás de los sacrificios humanos

¿Existe este tipo de rituales en la actualidad?

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sacrificar personas

En la historia de la humanidad, las creencias, especialmente las religiosas, han jugado un importante papel. En este sentido, desde tiempos muy antiguos, hemos tenido la necesidad de creer en fuerzas superiores, así como de establecer las maneras de obedecerlas o apaciguarlas cuando les faltamos.

Una de estas maneras, ampliamente extendidas en el mundo por diferentes culturas, fueron los sacrificios humanos. Conozcamos más sobre estos rituales y quiénes los practicaban.

¿Qué es un sacrificio humano?

Lo primero que debemos tener en cuenta para lograr comprender este tema, es el contexto histórico, cultural y religioso de los diferentes pueblos que en su momento practicaron estos sacrificios.

Se trata pues, del ofrecimiento de una o varias personas presentado a una determinada deidad. Ello, a cambio de perdón, un favor o en señal de respeto y obediencia. Dicha ofrenda, implicaba la muerte de esa persona, generalmente mediante un acto ritual, realizado por una figura con autoridad para llevar a cabo el rito (sacerdotes, jefes de tribu, etc.).

¿Cuál era la finalidad de los sacrificios humanos?

Ante esta interrogante, lo más rápido sería decir que se realizaban con una finalidad meramente religiosa. No obstante, esto no es del todo exacto, si bien es cierto en la mayoría de los casos se trata de una ofrenda a las deidades, la razón final podía variar muchísimo.

Así encontramos que, podían darse para apaciguar la ira de los dioses, pero también para obtener éxito y bendiciones en la construcción de un edificio, esto último parece bastante terrenal.

De manera que, aunque el sacrificio estuviera dirigido a un dios, no significaba que la motivación no fuera más que simples deseos humanos. En todo caso, diversos estudios antropológicos y hallazgos arqueológicos permiten deducir las siguientes razones para que se dieran este tipo de rituales.

Deidades temperamentales

Por lo general, las antiguas civilizaciones creían en múltiples dioses, quienes los ayudaban o guiaban en los distintos ámbitos de sus vidas. Por ejemplo, creían en el dios del sol, de la lluvia, de la guerra, de la fertilidad y así en muchos otros.

En muchas culturas, cada una de estas deidades tenía sus propias exigencias para seguir favoreciendo a la población con su protección y demás prestaciones. Ahora bien, algunas de estas entidades exigían sangre humana, bien sea para mantenerse en paz con los humanos, para apaciguarla en caso de haberla ofendido o por simple obediencia a una de sus leyes sagradas.

De modo que, existía un verdadero temor al dios del que se tratara, por lo que lo mantenían contento, mediante rituales que al final saciaran su sed.  

En consonancia con el temperamento cambiante de los dioses, muchos consideraban que manifestaciones de la naturaleza como sequías, inundaciones, terremotos o erupciones volcánicas, se trataban de verdaderas muestras de la ira de los dioses. Ésta solo podía ser calmada con sacrificios.

Fortuna

Cuando se presentaban constantes adversidades, algunos grupos creían que, los sacrificios humanos a los dioses, tenían el poder de cambiar su fortuna. Así encontramos que, cuando se inauguraba la construcción de una importante edificación, tales como templos o pirámides, se ofrecían gran cantidad de sacrificios para el éxito de la labor iniciada.

Conexiones con el más allá

En culturas como la egipcia, mongoles y algunas de Mesoamérica se tenía la firme convicción de que el difunto al partir del mundo de los vivos debía emprender un viaje. En dicha travesía, debía servirse de muchas de sus posesiones terrenales.

Pues bien, en el caso de faraones, reyes o sacerdotes de gran importancia, alguna de esas posesiones eran sus sirvientes, esclavos o concubinas. Éstos debían sacrificarse, acompañando a su amo a la tumba con el propósito de servirle en el más allá.

Adivinación

Algunos rituales implicaban que, los últimos movimientos que en agonía hiciera el sacrificado, sirvieran para ser interpretados por los sacerdotes para predecir el futuro. En este tipo de sacrificios, las personas usadas como ofrendas solían ser prisioneros o esclavos.

Control social

Algo que caracteriza los sacrificios humanos rituales, es que han sido una práctica común en múltiples culturas aparentemente distantes. Las diversas formas en las que han perecido las personas sacrificadas, en las que destacan la hoguera, desmembradas, ahogadas o decapitadas, entre muchas otras bastante crueles, podrían no ser simplemente destinado a apaciguar a los dioses.

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, defiende la idea de que los sacrificios, en realidad, fueron fundamentales para mantener las jerarquías sociales, especialmente para conservar en el poder a quienes ejercían el mando de esas poblaciones.

¿Quiénes y cómo se realizaban los sacrificios humanos?

Gracias a evidencias arqueológicas, se ha logrado documentar la práctica de sacrificios humanos en distintas culturas y latitudes del planeta. Así, podemos encontrar que en lugares como Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma y algunas regiones de África, Asia y Oceanía, se llegaron a realizar estos rituales.

Civilizaciones tan antiguas como los Cartagineses, llevaban a cabo sacrificios humanos con la intención de obtener el favor de los dioses. Al mismo tiempo, esta práctica les ayudaba a controlar la población e infundir miedo a sus enemigos. Para lograrlo, los sacrificados eran recién nacidos.

Culturas como la griega, romana o los celtas, realizaron sacrificios humanos, destinados a calmar la ira de sus dioses o para saber el futuro. En este último caso, los celtas clavaban una espada en la espalda de un prisionero o esclavo, así los movimientos previos a su muerte les decía el porvenir.

América Precolombina

El caso de América, destacan las civilizaciones azteca e Inca por estas prácticas. Los hallazgos arqueológicos han sido bastante reveladores, pues estas culturas consideraban necesarios los sacrificios humanos que les permitían conservar el orden del mundo o evitar desastres, como que el sol dejara de brillar.

Los rituales de sacrificio se realizaban sobre los altares de los templos, en el caso de los aztecas, donde la práctica general era extraer el corazón del sacrificado. Aunque es de destacar que existían otros métodos como el flechamiento o enfrentar a la víctima a guerreros, en una especie de acto de gladiadores.

En cuanto a los Incas, realizaban sacrificios humanos que por lo general implicaban a prisioneros. Sin embargo, también se dedicaban a criar niños sanos y perfectos para ofrecerlos en sacrificio, como símbolo de lo más puro que se podía presentar a los dioses. Por esta razón, estos niños eran muy bien cuidados y los Incas tenían la creencia de que tras el sacrificio partirían a un lugar feliz.

Asia antigua

Por su parte, en Asia los antiguos japoneses y chinos enterraban personas debajo de puentes, castillos o construcciones en general, al momento de forjar sus cimientos. Sin embargo, en el caso particular de los chinos, también se destacan rituales de decapitación, desmembramiento o extracción de sangre y ahogamiento, lo cual dependía de la finalidad del sacrificio.

Sacrificios humanos en la actualidad

Actualmente parece inconcebible que aún se lleven a cabo estas prácticas tan crueles. Pero lamentablemente, entre la clandestinidad, aún se dan cuenta de este tipo de rituales.

Uno de los casos que más llaman la atención, es el de Uganda, lugar en el que si bien está prohibido por ley, pareciera ser común que se practique rituales de sacrificios humanos. En búsqueda de salud, prosperidad y poder político, es conocido que en la actualidad se paga por la realización de estos ritos.

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