El Mitraísmo es ubicada, como doctrina religiosa, entre el primer y cuarto siglo después de Cristo. Aunque su práctica y adopción es uno de los muchos enigmas que persisten en el mundo y que se relacionan estrechamente con la fe que profesan los cristianos.
Se considera a Mitra como el dios persa, personificado en el Sol, y se entiende que representaba la alianza entre pueblos, por lo que hacía acto de presencia cuando existía riesgo de ataques.
El Mitraísmo como religión
Forma parte de un conjunto de movimientos religiosos que se conocen como mistéricas. Ésta, particularmente se concentró en la fe de los soldados romanos a finales de la época en la que se situó este imperio.
Ano obstante, aún existen autores que no confían en el hecho de que esta religión tuviese como finalidad la adoración del Dios Mitra, y se entiende que exista confusión y desconfianza, puesto que es muy inconsistente la información que se tiene de este culto.
Esto así, porque se comenta que se trató de una corriente que se propagaba de forma oral y que se concebía como secreta; por ello, su paso por el terreno indo-persa se debió a la movilización geográfica de los soldados que confiaban.
De hecho, para asimilar el Mitraísmo se necesita estudiar aproximadamente cinco etapas distintas, pertenecientes a las eras antes y después de Cristo.
Mitra y el Toro
Algo que de seguro has percibido acerca de esta corriente, es la insistente referencia a la historia entre Mitra y el Toro.
Se dice que Ahura Mazda, creó un toro cósmico que fue alcanzado y atrapado por Mitra, pero que al final se le escapó. Sin embargo, el Sabio le instruyó en darle muerte a aquel animal y aunque contrariado se encontró el Dios de la luz, ante tal mandato, se volcó a su búsqueda y le dio muerte, clavándole su daga profundamente.
La fantasía sigue a esta historia, cuando refieren que del toro salieron cientos de miles de raíces que cubrieron a la Tierra y que resultaron ser la fuente de diferentes alimentos, que luego, se verían amenazados de destrucción por las fuerzas del mal, pero cuya arremetida terminó siendo vencida.
Como se puede observar, el Mitraísmo tiene en su centro la concepción dualista que existe en muchas religiones, es decir, la ofensiva entre el bien y el mal.
Otras interpretaciones
Aunque la idea anterior vendrá a ser una de las más renombradas, hay quienes dan una definición muy distinta acerca del episodio vivido entre estos dos seres.
En una de ellas, entra en juego el zodiaco. Según esta simbología, el toro del que hablamos sería la representación de Tauro, icono astrológico que conocemos, mientras que Mitra es un ser todopoderoso que pasa a representar al regente organizador de todo el Universo.
Esto es muy lógico, para quienes intentan explicar las numerosas imágenes que se relacionan con el zodiaco en las representaciones pictóricas, propias del Mitraísmo.
En paralelo, existen otras exégesis que consideran a este pasaje como un sacrificio, del cual nació toda la energía que conocemos de la naturaleza o, como un acto de salvación con el cual se aseguraba la inmortalidad.
Un Culto sin Mujeres
Sabemos que los cultos en su mayoría poseen muchas excentricidades en su ejecución. Pero los rituales de iniciación al dios Mitra, aunque no podemos confiar en que se conoce todo acerca de ellos, está caracterizado por hechos verdaderamente particulares.
Para comenzar, se trataba de un rito absolutamente libre de mujeres, no se permitía por ningún motivo la presencia de alguien de este género.
Estaba conformado por siete niveles para completar su práctica. Se llevaba a cabo en cuevas subterráneas que denominaban Mitreos, a las cuales, con el tiempo, le hicieron réplicas que en realidad no se acercaban a las originales, ya que no contaban con las características propias de un espacio oculto y secreto.
En cuanto a los niveles de iniciación, se cree que se estaba representando a los que en ese entonces constituían los planetas de la astronomía: Luna, Sol, Mercurio, Marte, Júpiter y Saturno. De hecho, la fe hacia este culto derivaba del deseo por obtener la salvación.
Niveles para la iniciación
Una representación constante en estos rituales, era la estatua de Mitra Tauróctonos.
Se cree que cada nivel poseía su propio ritual, y puede ser lógico si la información conocida dice que la mayoría de los seguidores llegaba solo hasta el cuarto nivel. De acuerdo a los curas críticos de esta religión, los niveles tenían los siguientes nombres: Cuervo, Esposo, Soldado, León, Persa, Emisario Solar y Padre.
Otro aspecto inquietante en torno a este culto al Dios Mitra, es que contiene simbolismos que vemos presentes en el cristianismo, como la inmersión y el banquete, que vendría a simular lo que conocemos como el bautizo y la eucaristía.
Seguro, en este punto querrías saber aún más de estos rituales, pero recordemos que era estrictamente oral y eminentemente secreto; por ello, es que se le conoce como los misterios de Mitra, ya que, por lo general, son más las preguntas que las respuestas en torno a este ser mítico.
El Mitraísmo en Roma
Por el tiempo que existió, esta religión tuvo gran éxito en Roma, aunque se dice que no contó con demasiados seguidores. Sin embargo, como en otros ámbitos, no siempre se trata de cantidades, sino de personalidades.
Muchos gobernantes romanos empezaron a atribuir las victorias al excéntrico Mitra y, por ende, ganó adeptos entre la población. Lo cual nos da una idea acerca de otro motivo por el cual los soldados eran fanáticos de esta deidad.
Así, el Mitraísmo llegó a ser declarado como religión oficial entre los años 200 y 300 después de Cristo, pero se sabe que estaba combinada con creencias de otras religiones. No obstante, con la llegada y consolidación el cristianismo, esta creencia comenzó a quedar en el olvido.
De esa manera, esta religión fue quedando en el pasado, muriendo junto con sus seguidores, dando paso a lo que luego se conocería como el maniqueísmo.
