Veamos el origen histórico de los tatuajes, ¿por qué los usamos?

¿Cómo surgió esta práctica?

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por que nos tatuamos

Infinidad de diseños, colores, formas, tamaños y ubicaciones caracterizan a los tatuajes que son exhibidos por millones de personas alrededor del mundo. Para algunos, esto es de lo más cotidiano, como un corte de cabello; para otros sigue siendo un tema controversial.

Pero ¿cómo ha evolucionado el arte corporal a lo largo de nuestra historia como humanidad? ¿Desde cuándo tatuamos nuestros cuerpos? Veamos qué se ha descubierto hasta ahora.

El origen de los tatuajes

Tan incierto como el origen del homo sapiens, lo son algunas tradiciones y prácticas, entre ellas el inicio del uso de la piel como lienzo. De esta manera, no podemos establecer una fecha cierta en la que el hombre decidió marcar de forma permanente su cuerpo. Tampoco podemos establecer con plena certeza las razones por las cuales se inició esta actividad.

Por lo anterior, sólo podemos echar mano de los descubrimientos arqueológicos y estudios antropológicos desarrollados por los expertos. En este sentido, podemos encontrar algunas hipótesis sobre el origen y significados de los tatuajes, así como, darles una ubicación cronológica tan certera como sea posible.

Los antropólogos señalan que los tatuajes probablemente surgieron y se desarrollaron junto con la pintura y el arte rupestre, por allá en el Paleolítico Superior. No obstante, resulta prácticamente imposible establecer su origen, siendo uno de los principales obstáculos para ello, el hecho de ser una práctica que se desenvolvió de forma independiente, y en algunos casos simultánea, en distintos pueblos de la humanidad.

De esta manera, se convirtieron en parte de la cultura de diversos grupos e igualmente obedecían a múltiples objetivos.

La evidencia más antigua

Pese a lo anterior, se han dado valiosos hallazgos arqueológicos que pudieran arrojar alguna luz sobre este asunto. Es el caso de la momia del cazador de la era Neolítica, Ötzi, la cual fue descubierta en septiembre de 1991. La cual fue descubierta por un grupo de alpinistas alemanes, en un glaciar localizado en lo que hoy es la frontera entre Austria e Italia.

Este cazador momificado contaba con alrededor de 46 años de edad y padecía de algunas dolencias y condiciones de salud como artritis, enfermedad de Lyme y parásitos intestinales. Además, presentaba múltiples tatuajes ubicados en sus rodillas, espalda y muñeca izquierda, en forma de líneas.

Los estudios realizados a la momia determinaron que se trataba de un hombre que había vivido al rededor del año 3.300 a. C., ¡esto fue hace más de 5.300 años! De esta manera, se convirtió en la evidencia más antigua de la que se tenga noticia, sobre un humano con su cuerpo tatuado.

Por otra parte, se ha especulado sobre las razones para llevar esos tatuajes. Lejos de parecer una mera decoración corporal, su ubicación sugiere que se trataba de algún tratamiento curativo o religioso, pues se encontraban justo en los lugares de su cuerpo afectados por la artritis.

Consecuencia de lo anterior, se especula que pudieron ser parte de un tratamiento parecido a la acupuntura o de algún ritual de sanación.

Más antepasados tatuados

Antes del descubrimiento de Ötzi, el hallazgo de mayor antigüedad que evidenciaba el uso de los tatuajes se trataba de la momia de una sacerdotisa egipcia, perteneciente a la XI dinastía. La misma vivió entre el período comprendido desde el 2.160 al 1.994 a.C., esta momia llamada Amunet y otro grupo de momias, mostraban tatuajes de líneas y puntos en varias partes de su cuerpo, incluyendo la zona pélvica baja. 

En cuanto al significado que le han atribuido a estas marcas, se cree que eran exclusivos de las mujeres egipcias con algún estatus religioso. Otra connotación, es que los egipcios creían que al tatuar su cuerpo prevenían enfermedades y peligros.

Evolución de los tatuajes en la historia

De estos registros históricos se puede evidenciar que los tatuajes estaban reservados para ciertos grupos sociales o cumplían alguna finalidad religiosa o ritualista. Por lo menos es lo que sugieren las teorías, sin embargo se sabe que en épocas más recientes no contaron con mucha aprobación.

A continuación, veremos cómo fue cambiando la concepción de este arte desde los primeros hombres hasta la era contemporánea.

Sin fronteras

Gracias a los antecedentes señalados, si bien no se le puede dar fecha exacta a la aparición del arte corporal, sí permite suponer una zona donde pudieron haberse originado o por lo menos donde se usaban. De esta manera, se toma como una hipótesis válida que desde Europa y África la práctica de tatuarse llegó a Asia, aproximadamente 1.000 años a.C. En particular, Se arraigó más en China, Japón e India.

En un principio, los tatuajes en estas regiones eran una forma de decorar el cuerpo, se veía en la práctica un arte que permitía a los grandes maestros del color, la perspectiva y las formas, elaborar toda clase de imágenes sobre la piel. No obstante, con el paso del tiempo los significados y usos cambiaron radicalmente.

Por ejemplo, en Japón pasaron a ser utilizados para marcar a los criminales y miembros de la mafia japonesa, quienes expresaban su lealtad a esa organización mediante los tatuajes. Sin embargo, durante el gobierno del emperador Matshuhito, viendo la apertura del país al occidente, prohibió la práctica de tatuajes, así buscaba no dar la impresión de salvajismo al mundo.

Mientras tanto en China, pasó a significar un castigo siendo el tatuaje el símbolo perenne de dicha pena. Por su parte, en India los usaban mucho las mujeres al pasar a la vida adulta mediante el matrimonio.

Prohibición

En cuanto a los romanos y griegos el uso de los tatuajes se relegó a marcar a los criminales, siendo incluso prohibidos por el primer emperador cristiano de Roma, Constantino, por creer que atentaba contra la integridad del cuerpo. Esto hizo que los cristianos los estigmatizaran y los catalogaran de diabólicos.

Sin embargo, durante las cruzadas los tatuajes comenzaron a ser utilizados por los caballeros templarios, quienes se tatuaban cruces y otros motivos religiosos en las manos o los brazos.

Durante esta época, las clases altas también comenzaron a usar el tatuaje como señal de estatus, diferenciándose del resto de la sociedad.

El regreso triunfal de los tatuajes

Durante el siglo XVIII, Thomas Cook, un explorador que navegó hasta la Polinesia, redescubrió los tatuajes en las tribus locales quienes se grababan en la piel figuras geométricas desde la temprana edad de 8 años. A lo largo de sus vidas, iban modificando los diseños haciéndolos más complicados a medida que el individuo adquiría estatus y un lugar en la tribu, hasta que prácticamente ni dejaban un espacio libre en su piel.

El explorador, volvió a llevar esta práctica a Europa donde se popularizó entre los marineros, hasta nuestros días que parece haber adquirido un gran auge. Lo demás es historia, y los tatuajes han ganado popularidad durante algunas épocas y estigmatizado en otras.

En la actualidad, no tienen significados místicos más allá de los que representan para cada persona. Pero sin dudas constituyen una forma de expresión del arte.

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