El abordaje de la antropología llegó hasta la ciencia forense. Ésta es considerada una rama de la antropología, pero dentro de los procesos legales. Sus diversas acepciones mantienen en común la identificación humana, el peritaje sobre restos óseos humanos y sobre todo lo que subyace en su entorno.
Si bien tiene una connotación mundial, su desarrollo difiere en cada país, ya que debe comprender y considerar en sus estudios los principios culturales, sociales y jurídicos de cada región, por lo que sus informes tienen cierta injerencia en la administración de justicia.
En algunos países, especialmente en América Latina, ha sido ligada a la medicina forense, especialidad que ha asumido las mismas funciones, pero con capacitación en antropología física. Tiene una amplia interrelación con otras disciplinas como la antropología cultural forense y la arqueología forense.
Objeto de la Antropología forense
Su centro de estudio es el hallazgo e identificación de restos humanos, en lo que corresponde al sexo, origen ancestral, edad estatura. Esto es, todos los datos que conforman perfil biológico del individuo, y que conlleven a distinguir las características de los restos encontrados, tales como cicatrices, traumatismos, tiempo aproximado de los acontecimientos y posibles causas de muerte.
A partir de allí se busca reconstruir los hechos que originaron el suceso, desde momentos antes hasta hechos posteriores a la muerte. Por ello, está necesariamente relacionada con la medicina forense, arqueología forense, la tafonomía y las ciencias criminalísticas.
¿Cuál es su importancia?
Son significativos los aportes de esta rama de la Antropología, con especial importancia en las investigaciones criminalísticas, donde impera la necesidad de esclarecer con certeza los elementos esenciales que dieron origen a un posible hecho criminal.
En principio, el levantamiento de restos debe contar siempre con la participación de antropólogos forenses, quienes deben velar por el cumplimiento de los procedimientos y estándares de investigación reconocidos internacionalmente.
Éste realiza un cuadro biográfico biológico antemortem de la persona, siendo esencial conocer las circunstancias que en vida se presentaban físicamente en el individuo como patologías existentes, enfermedades, dentadura, lesiones o fracturas y hasta costumbres y actividades profesionales.
Además de ello, cualquier aspecto adicional que le era propio para el momento del hecho como ropa, zapatos o prendas distintivas particulares como cadenas, zarcillos, pulseras, relojes, entre otros.
Asimismo, todos aquellos signos que se evidenciaron en el momento de la muerte, como lugar en que ocurrieron las heridas, lugar de muerte, posición en la que se encontró el cadáver, y rasgos propios de la muerte, como hechos provenientes de humanos, de animales o fuerzas de la naturaleza.
La Antropología forense en la actualidad
Esta disciplina se encuentra en constante evolución, aplicando metodologías necesarias para cubrir con mayor detalle las experticias, además de la novedosa tecnología de los equipos que se emplean que involucra, por ejemplo, microscopios y radiografía necroscópica. Para muchos, el mayor avance es la reducción de errores.
Se han agregado tópicos particulares exhaustivos, que anteriormente resultaban inexactos o confusos, gracias a técnicas más avanzadas, entre ellas la llamada «bomb-curve» para determinar el tiempo transcurrido desde la muerte, o reconocimientos específicos en los tejidos humanos, para reconocer la edad.
Con la ayuda del ADN se incorporaron más características del ser humano para distinguirlo de restos animales, así como otras metodologías que permiten distinguir dientes y huesos de otros materiales.
Los componentes tafonómicos ahora reconocen los traumas perimortem y la diferencia con las circunstancias postmortem. A todo ello, se suma la identificación positiva agregando elementos del comportamiento, hábitos y personalidad.
El problema de la cremación y las fosas comunes
Las técnicas de identificación que aplica la Antropología forense en numerosas ocasiones no resultan simples, dada la complejidad y el requerimiento de certeza que implica la identificación de cadáveres. Y esto se agrava cuando hay que hacerle frente a situaciones usuales como los son la cremación y las fosas comunes.
Es el caso que, en distintos países, por la delicada situación social, política o económica que puedan desafiar, se recurre a la desaparición forzosa, a la incineración o a la inhumación de cuerpos en grupos. Esto puede ser tanto soportado en la Ley como de manera clandestina ante posibles rachas de violencia, sin embargo, también ocurre por hechos generalizados como guerras o accidentes naturales.
Ante tales circunstancias, se debe agrupar un conjunto de técnicas modernizadas, en conjunto con conocimientos jurídicos de derechos humanos, de manera tal que pueda extraer en todo el contexto el modus operandi que afectó a cada individuo. Además, el trabajo interdisciplinario es imprescindible para orientar sobre los distintos componentes.
Es decir, para desafiar esos métodos de desaparición, han acompañado a la metodología propia de la identificación, todos los elementos sociales, culturales, jurídicos, históricos, económicos y hasta religiosos que envuelven el suceso.
En el caso de la incineración, se suman diagnósticos más personales que determinen y diferencien lesiones por el fuego con aquellos traumas provenientes de hechos criminales, además de los materiales empleados para el fin como combustible, alcohol, entre otros.
Antropología cultural forense
Aun cuando pueda parecer que se dirige en la misma dirección, hay una diferencia sustancial, siendo que esta rama auxiliar se enfoca en la interpretación de la conducta del individuo, por lo que actúa en conjunto con el psicólogo forense.
En esta rama, se analiza la personalidad del posible criminal, los desórdenes patológicos, las costumbres religiosas, la concepción cultural sobre la muerte y la vida. Su objeto soportado en el criminal, ayuda a su ubicación en los centros de reclusión, sus elementos similares con otros reos y la readaptación de la comunidad.
Diferencia con la Arqueología forense
Aunque puedan resultar similares, la antropología forense actúa como un agente auxiliar en la investigación de hechos delictuales. Por su parte, la arqueología forense busca recuperar esos indicios que aporten al conocimiento cultural de los antecesores. Esta abarca hechos del presente hasta acontecimientos históricos de gran relevancia como sucesos de guerra, batallas e incluso figuras históricamente reconocidas.
