El invierno trae consigo quietud y la posibilidad de observar cómo, parte de la naturaleza, hace una pausa para renovarse a través de la hibernación, es sencillamente fascinante.
Por supuesto, los humanos no formamos parte de este grupo de seres vivos cuya evolución les ha permitido hibernar. No obstante, sí que llama nuestra atención cómo los animales alcanzan este estado, llevándonos a pensar en la posibilidad de imitarlos.
¿Qué es la hibernación?
Se trata de un estado fisiológico de letargo, al que algunos animales recurren durante el invierno. Con ello, buscan sobrevivir a las condiciones extremas que presenta el clima.
Este proceso les permite disminuir a los mínimos necesarios la temperatura corporal, la frecuencia cardiaca y respiratoria, así como el proceso digestivo. En otras palabras, se reduce al mínimo las funciones metabólicas. De esta forma, su gasto de energía es igualmente reducido, por lo que no requieren alimentación como lo harían en condiciones normales.
Por su parte, la hibernación, dependiendo de la especie, puede durar unos días, semanas y hasta meses. Para lograr esta increíble hazaña, los animales hacen uso de las reservas que acumulan durante las estaciones anteriores. Esto quiere decir que, cuentan con suficientes reservas de grasa para mantenerse durante la hibernación.
Así las cosas, es claro que este proceso sólo lo llevan a cabo un grupo de animales, la mayoría mamíferos o de sangre caliente. Entre ellos destacan el oso pardo, el erizo europeo, el lirón, la ardilla de tierra, la marmota y los hámsteres.
Otras de las características de la hibernación, es que al llegar a su fin, los animales regresan sanos a su hábitat y continúan con su comportamiento normal. Es decir, todas sus funciones vuelven a la normalidad, sólo se evidencia una pérdida de peso considerable.
¿Por qué algunos animales hibernan?
Ahora que tenemos más claro el concepto de hibernación y todo lo que implica, es de señalar que la razón por la que unos animales pueden hibernar y otros no, así como los factores biológicos involucrados es aún un gran misterio al día de hoy.
Lo que se ha logrado determinar, es que la hibernación es realmente un mecanismo esencial para la supervivencia de estas especies. Esto es así, debido a que en el invierno las fuentes de alimentación disminuyen, al punto de ser prácticamente inexistente en algunos casos.
Ante este escenario, la naturaleza ha conducido a algunas especies a desarrollar una forma de ahorro de energía que les ayude a sobrevivir con recursos mínimos durante un tiempo.
¿Cómo es la preparación para este proceso?
La hibernación tal como la describimos anteriormente, no se da de un día para otro, los animales deben prepararse las semanas previas para tener éxito. De esta manera, durante los meses anteriores, los animales buscarán alimentarse de tal manera que aumentarán considerablemente su peso.
Otro aspecto que deben cuidar, es la preparación metódica de los lugares donde llevarán a cabo la hibernación. Para ello, los animales eligen un lugar seguro donde su “sueño” no sea importunado, al tiempo que les proporcione un ambiente cálido. También guardan algunas provisiones para consumir durante la hibernación, ya que contrario a lo que se pudiera pensar, los animales pueden activarse durante muy corto tiempo, para ingerir algo de nutrientes.
La hibernación humana, ¿es posible?
Ahora bien, tal como lo señaláramos antes, los humanos no pertenecemos a este grupo de mamíferos capaces de hibernar. No obstante, esto no ha impedido que muchos imaginen, investiguen y estudien la posibilidad de imitar o estimular esta conducta.
En este sentido, se han realizado investigaciones que buscan arrojar luz sobre éste proceso misterioso para la comunidad científica. Estos estudios han dado algunos resultados muy interesantes que pudieran permitirnos alcanzar este estado de letargo.
Al respecto, las investigaciones más destacadas han logrado provocar estados similares a la hibernación en animales que naturalmente no hibernan. Esto, con la activación de determinadas células cerebrales. Con este resultado, se abren las posibilidades de avanzar hacia la hibernación humana inducida.
¿La hibernación humana tendría efectos prácticos?
Las aplicaciones de la hibernación humana inducida parecen sacadas de una película de ciencia ficción. Es claro que las razones por las que los humanos nos induciríamos a una hibernación serán distintas a las de los animales, pero tal vez con ella también consigamos una defensa que nos permita sobrevivir.
Técnica médica
La primera idea con la que nos encontramos, es la expuesta por el anestesiólogo Rob Henning. Este experto, visualiza a la hibernación humana como una técnica médica complementaria a la anestesia general.
Otras posibilidades incluyen, según los expertos, la disminución de riesgos durante un traslado de emergencia para una persona que se encuentre en animación suspendida. También se ha pensado en aquellos casos donde las condiciones de un paciente sean críticas y el suministro de oxígeno no sea suficiente para el organismo.
Así, con una hibernación inducida, los mínimos requeridos disminuirían considerablemente aumentando las posibilidades de supervivencia del paciente.
De hecho, estos escenarios son más próximos de lo que podríamos imaginar. A finales del año 2019, mediante un procedimiento de preservación y reanimación de emergencia, científicos del Hospital de la Universidad de Maryland en Estados Unidos anunciaron que lograron una hibernación artificial en una paciente.
Ante una cirugía que implicaba altos riesgos, estos científicos enfriaron el cuerpo cerca de los 10 grados Celsius, al reemplazar sangre con solución salina fría. No obstante, los médicos no anunciaron el éxito de la operación y de la subsiguiente reanimación. Situación que, preocupa sobre posible experimentación en humanos.
Viaje espacial
Otra área que se encuentra realmente interesada porque la hibernación en humanos sea posible, es la de los viajes espaciales. Si bien parece una opción lejana, se está investigando cómo aletargar el metabolismo de los astronautas durante largos períodos.
Con la hibernación, se esperan efectos psicológicos positivos en los astronautas. Pero además, implicaría un cambio total en los costes y diseños de las misiones espaciales.
Todas estas potencialidades, están aún en pleno proceso de investigación, lo cual implica su perfeccionamiento. Esto por supuesto, atendiendo a todos los alcances éticos que traiga consigo.