Durante mucho tiempo se creyó que el homo neandertalensis era de escaza capacidad cognitiva y que su extinción fue causada por enfermedades, cambios climáticos y asedio del homo sapiens.
Sin embargo, el avance científico y tecnológico ha sido clave para un total cambio de paradigma en las interpretaciones dadas a las evidencias arqueológicas. Entre estos cambios, se encuentra el papel que jugó la mujer neandertal en la evolución humana.
¿Qué similitud hay entre los neandertales y los humanos modernos?
Una interpretación clásica de los restos de neandertales localizados, daba cuenta de seres poco evolucionados, cuyas destrezas mentales eran limitadas y que la violencia era su medio de supervivencia. Ahora bien, los avances tecnológicos permitieron que en el año 2010 se lograra, por primera vez, reconstruir el mapa genético de los neandertales. Esto reveló que tenemos mucho más en común de lo que se creía hasta entonces.
Este tipo de estudios y muchos otros, nos permiten afirmar al día de hoy que nuestros antepasados Neandertales no sólo eran capaces de razonar tanto como nosotros, sino que además desarrollaron destrezas propias que permitían su sobrevivencia sin necesidad de aplicar violencia pura o sin sentido. También eran capaces de comunicarse, adornarse y dibujar.
A partir de entonces, el estudio del ADN neandertal ha sido fundamental para llenar los vacíos que las investigaciones netamente anatómicas no podían llenar. Pero sin duda alguna, los resultados que más han llegado a sorprender al mundo científico ha sido la evidencia contundente de que neandertales y homo sapiens se relacionaron hasta tal punto que procrearon descendientes híbridos y viables. También, con este tipo de análisis se han dado a conocer otros detalles sobre la forma de vida de nuestros antepasados que habían sido todo un misterio hasta entonces.
La mujer neandertal como fuente de la diversidad genética
Gracias a las nuevas técnicas de investigación genética, aplicada al estudio de restos fosilizados de neandertales, ahora sabemos que ellos y nosotros no sólo nos parecemos más de lo que se creía. Sino que además, los humanos actuales llevamos una carga genética de los neandertales, derivada de múltiples hibridaciones a lo largo del tiempo, en el que convivieron ambas especies.
Estos hallazgos fueron el resultado de los estudios realizados a un grupo de neandertales descubierto en 1994 en la cueva de El Sidrón, en Asturias. Se trata de 12 individuos que murieron en el mismo momento, el grupo lo conformaba tres mujeres, tres hombres, tres adolescentes y tres niños. Es la muestra más grande que se tiene de un grupo de neandertales, por lo que fueron ideales para realizar una adecuada investigación genética.
Así, los expertos llegaron a la conclusión de que las mujeres eran quienes garantizaban la diversidad genética en los neandertales. Ello, debido a que eran ellas las que, a una edad temprana -como la adolescencia-, se integraban a comunidades diferentes a la familiar. De esta manera, se generaba una red de intercambio que permitía reducir la consanguineidad, aumentando la diversidad de genes.
Para llegar a esta conclusiones, se utilizó en el estudio ADN mitoconcrial, material genérico que se hereda únicamente por la línea materna. De esta forma se determinó, que en los restos antes señalados, pueden identificarse tres linajes genéticos diferentes entre las tres mujeres. No obstante, no ocurre lo mismo con los individuos masculinos adultos, entre los cuales solo existe un linaje.
¿Cómo lucían las mujeres neandertales?
Ahora sabemos que los neandertales hablaban, eran capaces de tomar decisiones y organizarse en grupos. Pero ciertamente, poco se ha detallado sobre cómo era la apariencia de la mujer neandertal. De hecho, según señala el antropólogo, experto en esta especie y profesor de investigación del CSIC, Antonio Rosas, se han encontrado hasta ahora pocas mujeres neandertales. Esto ha tenido como consecuencia que la descripción, mayoritariamente aceptada de la especie, se base en las características propias de los hombres.
Con el nuevo enfoque investigativo, los expertos señalan que los rasgos neandertales de los individuos masculinos serían mucho más marcados que en las mujeres. Por lo que es muy probable, que las diferencias entre la mujer de las cavernas y la mujer homo sapiens sean menos evidentes de lo que se esperaba.
En este sentido, dicen los científicos, que la mujer neandertal era de piel blanca y el cabello entre rubio y pelirrojo, incluso se sabe que de ella heredamos el gen pelirrojo. Asimismo, se concuerda en que eran robustas, de cuerpo musculoso y ancho, con un peso estimado de unos 100 kilogramos.
¿Qué trabajos realizaba la mujer neandertal?
Estudios realizados a diferentes restos de neandertales, específicamente a sus dentaduras, han determinado que estos grupos diferenciaban las labores por sexo. Ahora bien, se cree que las mujeres neandertales también participaban activamente en la caza y en las mismas condiciones que los hombres. Sin embargo, después de la jornada de caza las actividades parecen haberse separado según el sexo del individuo.
Esta afirmación se realiza luego de evidenciar marcas distintas entre los dientes de los hombres y mujeres neandertales objeto de estudio. Afirman los investigadores que la boca era utilizada como una mano auxiliar, de esta manera sujetaban con ella herramientas, con las que trataban las pieles y restos de los animales. Estas marcas o estrías son más frecuentes o más profundas en las mujeres que los hombres.
Así se ha considerado que, los trabajos realizados eran diferentes aunque no se puede determinar en qué consistían.
Madres neandertales e hijos híbridos
A partir del estudio realizado a tres mujeres neandertales localizadas en Vindija, Croacia, ahora conocemos el genoma de esta especie. Fue esta investigación la que demostró la existencia de cruces entre neandertales y homo sapiens. De hecho, se ha llegado al detalle de conocer que de ese cruce, fueron mayoritariamente las mujeres quienes pertenecían a la especie neandertal. En otras palabras: la mujer neandertal dio a luz hijos de hombres sapiens.
Esto ha sido particularmente trascendental, ya que siempre se pensó que las relaciones entre ambas especies habían sido hostiles, hasta el punto de considerarse que el homo sapiens tuvo responsabilidad en la extinción del hombre neandertal. No obstante, esta revelación indica que no sólo nos relacionamos sino que era bastante común la procreación entre ellos. De esta forma, ya no sería factible representar nuestra evolución con un típico árbol genético, sino más bien como una red.
Explican los expertos que, una posible teoría de estos encuentros, sería que la mujer neandertal acostumbrada a salir de su “hogar” para integrarse a otros grupos, lo hiciera en grupos de homo sapiens; Así se extendiera esta práctica en diferentes grupos durante generaciones. Tal vez, después de todo el homo sapiens sí contribuyo a la extinción del neandertal, pero no de la forma que se creía sino por la asimilación de estos últimos en su comunidad.