Hemos escuchado que ahora vivimos más que nuestros antepasados y que nuestras condiciones de vida son mejores ahora. Estas afirmaciones nos llevan a trasladarnos a la calidad de vida de aquellos que nos precedieron. Pero también a plantearnos, ¿cuántas personas han vivido antes que nosotros en esta tierra?
Aunque parezca imposible, hay quienes se han dado a la tarea de buscar respuesta a esta interrogante. Conozcamos cuáles han sido sus conclusiones.
Las dificultades del cálculo
Determinar la cantidad de seres humanos que han transitado por la tierra, es sin duda una labor titánica y ambiciosa. Para poder sortear estos obstáculos, los expertos demográficos recurrieron a diversas hipótesis, estimaciones y suposiciones que les permitiría dar por sentados algunos datos esenciales para comenzar el conteo.
Así las cosas, repasemos en primer lugar estos desafíos. En este sentido, es de tener presente que los cálculos no son cien por ciento exactos, no obstante, pueden darnos un aproximado de la cantidad real.
Inicio de la humanidad
Pese a los grandes hallazgos, estudios antropológicos y avances tecnológicos, hoy día no sabemos a ciencia cierta desde cuando existe la humanidad. Ahora sabemos, que somos el resultado de miles de años de evolución pero no conocemos donde y cuando surgió el primer humano.
De manera que, realizar un censo exacto es imposible.
Cantidad de población
Otra piedra en el camino significó la falta de datos estadísticos. Como es de imaginar, ni en la antigüedad ni en los primeros siglos de nuestra era, se llevaban registros poblacionales oficiales.
Así pues, los datos de estas épocas sólo pueden ser producto de estimaciones, lo cual implica la existencia de margen de error.
Expectativa de vida: tasa de natalidad y tasa de mortalidad
Aunado a lo anterior, un dato con el que debía contar para poder llevar a cabo el cálculo, era la tasa de natalidad y mortalidad existentes en determinados períodos. Siguiendo la suerte del punto anterior, pues tampoco existe una base de datos que detalle esto. Una vez más, los expertos echaron mano de las estimaciones, tomando en cuenta factores como las condiciones de vida, los recursos o la aparición de enfermedades.
De esta manera, formularon la hipótesis de la alta probabilidad que tenían la mitad de los nacidos de no sobrevivir el primer año. Lo cual determina que existiera una tasa de natalidad alta al igual que la tasa de mortalidad, que permitiría mantener el crecimiento de la población. Así, el resultado de esta conjetura es que por cada 1000 nacimientos 500 morían antes del año, debiendo mantenerse una tasa de natalidad de 80 por cada 1000 para que la especie pudiera mantenerse.
¿Por dónde comenzar a contar?
Sabemos que los primeros Homo sapiens modernos, existieron aproximadamente hace unos 315.000 años. Tiempo sobre el cual no tenemos registros; así sobre este inconveniente, a los efectos de iniciar el conteo, se tomó como referencia el origen de la humanidad 50.000 años A.C. Tiempo éste donde se estima que el Homo sapiens salió de África.
Partiendo de la existencia mínima de individuos que permitieran el crecimiento de la población, es decir dos, uno de cada sexo, para el año 8.000 A.C. se estimó que la población habría alcanzado unos cinco millones de habitantes. Luego, para el año 1 d.C. es probable que la población alcanzara los 300 millones de seres humanos.
Estas cifras han sido tomadas como los puntos de partida para lograr el conteo.
Los números de humanos que han habitado la tierra, hasta ahora
Teniendo como base estos números, estimaciones e hipótesis, la Population Reference Bureau (Oficina de Referencia de la Población), una ONG que recopila y suministra datos estadísticos dirigidos a la salud, medio ambiente y demografía, echó andar sus números.
Así pues, determinó que desde el 50.000 a.C. hasta el año 2017 ha habido más de 108.000 millones de humanos. Para ser exactos 108.470.690.115, y no sólo eso, también estimó que para el año 2030 seríamos 110.277.285.221.
A pesar de que numéricamente, las cifras siempre ascienden, la realidad no fue precisamente así. En los primeros años el crecimiento poblacional fue lento, especialmente si tomamos en cuenta que la expectativa de vida era corta debido a la alta mortalidad infantil.
Es de destacar que, elementos imprevisibles como la aparición de enfermedades infecciosas o el acaecimiento de algún desastre natural de alta envergadura, pudieran afectar los índices de crecimiento poblacional.
En algunos casos, pudiera significar que la población disminuya, tal como ocurriera con la aparición de la Peste Negra.
No obstante, en nuestro caso, luego de estos eventos, la población ha seguido en franco crecimiento. Esto ha estado motivado a los avances de la medicina y nutrición, mejora significativa de la higiene y los sistemas de drenaje.
Así, alcanzamos actualmente, según estimaciones de Naciones Unidas, cerca de 7.700 millones en el mundo. Apenas un 7% de la población estimada que ha estado sobre el planeta.
¿Qué implica para el porvenir?
Este crecimiento no parece detenerse allí. Así, las proyecciones indican que para el año 2050 se incrementará en 2.000 millones más de habitantes.
Ahora bien, se debe tener en cuenta que la población actual ha visto aumentada su esperanza de vida, de manera que está envejeciendo, mientras que su tasa natalidad ha disminuido muchísimo. Tan es así, que para el año 2018, las personas de 65 años o más superaron en número a los niños menores de 5 años, a nivel mundial.
En este sentido, factores tales como la alimentación, sanidad, acceso a medicamentos y avances tecnológicos, han jugado un papel crucial y seguirán siendo relevantes para el desarrollo de la humanidad.
No obstante lo anterior, todo este recorrido al pasado y las proyecciones a futuro no pueden prever la aparición de otros aspectos que pudieran alterar este avance. Estamos hablando por supuesto de la aparición de nuevas enfermedades, así como del agotamiento de los recursos existentes hoy día.
En este punto, es importante reflexionar sobre la capacidad de la tierra para albergar a tantos humanos que viven cada vez más y cuyo crecimiento no parece parar.