Siempre se nos dijo que Cristóbal Colón había descubierto América, por allá en el año 1.492. Esta afirmación, sólo había sido contrariada por historias legendarias de asentamientos Vikingos en tierras de América del Norte. Pero la humanidad tuvo que esperar mucho tiempo para que estas historias fuesen confirmadas con evidencia arqueológica.
Ahora tenemos conocimiento de que no eran sólo historias ficticias, veamos de qué se trata.
Conozcamos un poco más de los vikingos
A los Vikingos se les ha conocido como un pueblode guerreros provenientes del norte de Europa. Su objetivo principal era, saquear, profanar y conquistar territorios. Azotaronlas costas de Europa Occidental durante siglos, realizando sus expediciones a bordo de sus envidiables barcos.
Otra característica propia delos vikingos, es que eran expertos comerciantes, especialmente en Asia Central. Esto es un hecho que la arqueología ha confirmado, pues se ha encontrado evidencias de su influencia hasta territorios rusos.
Precisamente, esta necesidad de conocer y explorar nuevos territorios, ya sea para su conquista o para comercializar en ellos, es lo que llevaría a los vikingos a realizar largos viajes a tierras desconocidas, siempre con el oeste en la mira. Por ello, llegaron a Islandia y Groenlandia, último punto desde donde se cree emprendieron su viaje hacia América.
Las sagas nórdicas y el encuentro con América
Los primeros indicios acerca de los viajes y asentamientos vikingos en América se nos presentan en los escritos conocidos como la Saga de los groenlandeses y la Saga de Erik el Rojo, escritas en 1200 y 1260, respectivamente. Estas historias habrían sido transmitidas de forma oral durante siglos, antes de ser plasmadas.
Estos relatos anónimos, son una antigua colección escandinava de mitos y leyendas. Los mismos, mezclan ficción y realidad para contar las conquistas y viajes realizados por los vikingos.
Es por ello que los expertos han tenido la ardua tarea de separar qué hechos se corresponden con la imaginación y cuáles pueden tener un basamento histórico. Es así que, por mucho tiempo, la historia de que los vikingos habían cruzado el Atlántico y llegado a tierras nuevas no se tomó como real.
Se cuenta que, un comerciante de nombre Bjarni Herjólfsson, en un viaje desde Islandia hasta Groenlandia, perdió su rumbo durante una tormenta y encontró una costa desconocida. Dio vuelta y siguió su camino, éste sería el primer antecedente del gran encuentro con el futuro continente americano.
Cuentan estas historias, que el vikingo Leif Ericson lideró una de las cuatro grandes expediciones que se iniciaron desde la colonia ubicada en Groenlandia. Su propósito principal era explorar esas tierras nuevas con las que se había topado Herjólfsson.
En segundo lugar, buscaba tierras y recursos que le ayudaran a cubrir carencias existentes en Groenlandia. De esta manera encontró, cerca del año 985, una tierra rica en bosques y prados, con arroyos llenos de vida y vides de uvas silvestres, por eso llamó a este nuevo territorio, Vinland.
Vinland, antecesor del nuevo continente
Las sagas cuentan que Leif Ericson, fundó un pequeño asentamiento llamado Leifsbúðir. Pero debido a muchos problemas entre los habitantes y los lugareños, entre otros contratiempos, fue abandonado al poco tiempo.
Ciertamente, muchos arqueólogos, exploradores y científicos dedicaron mucho tiempo y energías en la búsqueda de Vinland, sin éxito alguno. Pero en el año 1960, Helge Ingstad, un cazador de aventuras y su esposa, la arqueóloga Anne Stine, llegaron a las costas de Canadá, específicamente a Terranova.
Una vez allí, preguntaron a los habitantes del lugar por la existencia de ruinas. Ante esta pregunta, los guiaron a L’Anse aux Meadows (en español, La Ensenada de las Medusas), un lugar hermoso donde hay un arroyo con salmones y una playa elevada cubierta de hierba. Lo más impresionante de dicho lugar era que se podían distinguir los contornos de lo que habían sido casas.
Para los habitantes de Terranova, se tenía la certeza de que este había sido el hogar de nativos hacía mucho tiempo. Sin embargo, para Ingstad y su esposa Stine, la estructura de ese antiguo asentamiento, les recordó de forma inmediata a la colonia vikinga de Groenlandia.
En ese momento, se esperaba encontrar pruebas físicas de la existencia de vikingos en América del Norte, mucho antes que la llegada de Colón. Así, se creyó que por fin se había encontrado Vinland.
Resultado de las excavaciones
A pesar del escepticismo de muchos científicos, las excavaciones dieron a conocer la verdad. Se hallaron artefactos de origen evidentemente nórdico, entre ellos, un alfiler de bronce. También apareció evidencia de madera labrada con herramientas de hierro. Esto, sin contar los detalles en la estructura de las viviendas, así como su disposición. Estos elementos, no podían ser propios de los nativos, pues su cultura era, al momento de la colonización, era la de la Edad de Piedra.
Al respecto, L’Anse aux Meadows, se constituyó en la prueba de que los vikingos habían llegado a América del Norte. No obstante, las características de estas tierras no coinciden del todo con las descritas en las sagas, esencialmente por el tema de las uvas. Recordemos que los vikingos habían bautizado estas tierras Vinlandia, porque existían extensiones de este fruto.
En este sentido, se cree que las míticas uvas pudieron ser localizadas por los vikingos en expediciones más al sur.
Hoy en día, este lugar es patrimonio mundial y cerca de las ruinas, se elaboraron reconstrucciones de las casas de los vikingos con madera y cubiertas con hierba, como habría sido hace 1.000 años.
¿Los primeros colonizadores?
Si bien Colón no fue el primero en llegar a América desde Europa, sí fue el primero que dio a conocer su hallazgo. A diferencia de él, los vikingos caracterizados por su desconfianza hacia otros, no comunicaron al resto del mundo de estas tierras no conocidas.
Por el contrario, crearon asentamientos y los abandonaron al tiempo. De hecho, se cree que unos 100 años antes de la llegada de Colón, ya no existía ninguna comunidad vikinga habitando América. Sin embargo, esto no borra o desaparece el hecho de que los primeros europeos en pisar suelo americano fueron los vikingos.