Nuestro cuerpo es un templo y el vehículo que conduciremos toda la vida, nada tan cierto como este par de expresiones. Es por ello que, desde los expertos de la salud hasta los aficionados de las distintas ramas del bienestar, buscan los mejores métodos para mantener nuestro cuerpo sano y fuerte.
Pero estos conceptos sobre cuerpo saludable debemos entenderlos en un sentido amplio, es decir más allá de la estética. Estar saludable implica la consecución de un equilibrio de muchos factores. A continuación, veremos los más importantes.
¿Qué es un cuerpo saludable?
Tener la definición exacta de «cuerpo saludable» es algo complejo, ya que se trata más bien de un cúmulo de características que permiten afirmar que existe un estado de bienestar. En este sentido, no podría limitarse la idea sólo al cuerpo físico, pues todo lo que pasa a nivel emocional y mental sin duda lo afecta también.
De lo anterior, podemos establecer que la salud del cuerpo abarca el bienestar físico, mental y emocional de una persona. Esto por supuesto, va más allá de la simple apariencia e implica el proceso de mejorar nuestro estado de ánimo y agudeza mental, así como la prevención de padecimiento de enfermedades crónicas.
Hábitos para lograr un cuerpo saludable
Así como resulta complicado establecer la definición del cuerpo saludable, lograrlo en la práctica no resulta del todo sencillo. No porque sea una tarea titánica, pero sí debemos tomar en cuenta muchos factores.
Algunos de ellos no dependerán de nuestra voluntad, tales como la predisposición genética, otros porque nuestro ritmo de vida nos lleva a vivir en el extremo menos beneficioso de la salud. Pero no desesperemos, con la ayuda de los expertos se han logrado determinar hábitos que nos reportarán grandes beneficios que serán recibidos por nuestro templo de la mejor manera.
Así pues, veamos cada uno de estos hábitos como una cadena de eventos, es decir, si los seguimos, la consecuencia será reflejada de manera casi inmediata en el correcto funcionamiento del organismo.
Alimentación balanceada
¡Sí, lo sabemos! esto lo hemos escuchado hasta el cansancio, pero es el secreto número uno en el camino a la buena salud. Debemos alimentarnos de forma variada y balanceada para garantizar la absorción de los minerales, vitaminas y demás nutrientes necesarios para el óptimo funcionamiento del organismo.
Es importante dejar en claro que no se trata de seguir regímenes alimenticios, poco sostenibles en el tiempo. Es momento de borrarnos esa idea de nuestra mente. Cuando decimos comer balanceado se trata de un hábito, de comer bien, en porciones adecuadas y buenas combinaciones de los distintos grupos nutricionales.
En caso de que nos encontremos perdidos sobre como alimentarnos adecuadamente, acudir a un nutricionista será lo más adecuado. Con su ayuda podrán guiarnos a conseguir una dieta que se adecúe a nuestra edad, talla, nivel de actividad y condiciones de salud.
Hidratación
Debemos tomar suficiente agua, el estimado para un adulto es entre 3 y 4 litros de líquido diarios (entre agua y todas las demás fuentes, como té, sopas, café). Un buen truco para saber si estamos suficientemente hidratados es observar el color de nuestra orina. Si todo funciona correctamente y estamos bien hidratados, el color de la orina debe ser amarilla clara.
Ejercicio
Esto también nos lo han repetido muchas veces y la razón para ello es porque el cuerpo requiere movimiento. No nos enfrasquemos en la idea de correr una maratón o tener que ir horas al gimnasio. Por el contrario, lo importante es no caer en el sedentarismo así que cualquier actividad que nos ponga en movimiento, mínimo tres veces a la semana, será suficiente.
Las alternativas pueden variar, pero pueden ser tan sencillas como caminar, un paso rápido por media hora y estaremos frente a una persona activa.
De igual manera, tenemos la opción del yoga, incrementará nuestra flexibilidad mientras fortalece los músculos, el sistema cardiovascular y el respiratorio, además, ofrece grandes beneficios a la mente.
Otras opciones pueden ser, montar bicicleta, así como ejercicios de fortalecimiento como pesas o Pilates.
Un sueño reparador
Dormir bien se traduce en una vida sana y larga. La falta de sueño o un mal descanso ocasiona cansancio y fatiga, debilitando el sistema inmune y haciéndonos susceptibles a enfermedades infecciosas. También podemos ver alterando nuestro metabolismo.
Por lo general cuando tenemos una buena jornada de descanso, solemos despertar siempre a la misma hora sin necesidad de programar una odiosa alarma. Esto es el resultado de un cuerpo bien descansado y listo para trabajar de manera efectiva.
Control de peso
Antes les comentamos que viéramos estos hábitos como una cadena de eventos. Pues es el momento de ver los resultados más inmediatos.
Mantener un peso adecuado no requiere de milagros, sino de un estilo de vida saludable. De manera que, si comemos de forma balanceada, nos mantenemos hidratados, descansamos y hacemos ejercicios frecuentemente, el resultado será un peso ideal que se adapte a nuestro ritmo de vida y nos mantenga sanos.
De tener problemas en este aspecto, es probable que necesitemos ajustar algo de nuestros hábitos antes señalados. En todo caso, acudir a expertos nos ayudará a lograr resultados más beneficiosos.
Salud mental
Muchas veces nuestro cuerpo sólo refleja los malestares de nuestra mente. Factores como el estrés, ansiedad o falta de descanso, pueden hacer que el cuerpo simplemente no responda a las exigencias del día a día o incluso pueden contrarrestar los efectos positivos de los demás buenos hábitos.
Por lo anterior, es importante aprender a manejar el estrés, el cual no podemos evitar. Tratar de crear una red de buenas relaciones con nuestros seres queridos, quienes nos apoyarán cuando los necesitemos.
También es importante limitar nuestras actividades a aquellas más importantes para nosotros, pues abarcar demasiado puede generar agotamiento. De igual manera, la práctica de meditar nos ayudará a aliviar el dolor y puede ayudarnos contra la depresión y la ansiedad
Consideraciones finales
Tal como podemos evidenciar, mantener un cuerpo saludable en la mayoría de los casos depende de nuestra voluntad de tenerlo. Apartando las características estéticas, se debe apuntar al bienestar de cada uno de nosotros a plenitud y esto es un proceso de constancia y disciplina.
Estos son sólo algunos hábitos que podemos adoptar para la consecución del tan anhelado bienestar. Con ellos, podremos mantener un buen nivel de energía para desarrollar las actividades propias de nuestra cotidianidad y mucho más.