Muchas son las investigaciones científicas que advierten sobre los efectos nocivos del consumo de alcohol en nuestra salud. Asimismo, somos bastante conscientes de que una noche de copas puede dejarnos algo aturdidos, incluso al día siguiente.
Sin embargo, otros estudios han determinado que existen algunos efectos positivos de esta sustancia sobre nuestro desempeño y salud física. Conozcamos si no todo es malo con respecto al alcohol.
¿Por qué motivo se bebe alcohol?
Esta pregunta puede tener tantas respuestas como personas en el mundo, por lo que sólo nos detendremos en las razones más comunes. Por lo general, durante una reunión o evento social es común que haya bebidas alcohólicas para amenizar el ambiente o hacer un brindis. De manera que, podemos decir que las personas nos hemos acostumbrado a celebrar con alcohol.
Por otra parte, también es frecuente que se recurra a un trago cuando estamos pasando por momentos complicados de estrés, ansiedad o tristeza. Probablemente, sea por eso de que tomar ayuda a olvidar las penas.
En este orden de ideas, encontramos a otro grupo de personas que beben de forma moderada, sólo un trago al día o dos copas a la semana como una forma de relajarse.
Sin importar la razón, todas parecen ser válidas para abrir una botella de vino. Ahora bien, el verdadero dilema se encuentra en cuánto alcohol es considerado moderado y cuál es la intención por la que se bebe. Pues resulta que hay quienes sienten que funcionan mejor tanto mental como anímicamente, después de un par de copas ¿puede ser esto cierto?
Inspiración cinematográfica
La galardonada con el Oscar a “Mejor Película Extranjera” en los 93° Premios de la Academia, la película danesa “Otra Ronda” o “Druk”, nos presenta a cuatro hombres en plena crisis de la mediana edad, cansados de su monótona existencia. Estos amigos deciden probar una curiosa teoría, según la cual los seres humanos tenemos un déficit del 0,05% de alcohol en nuestra sangre, el cual, una vez cubierto, nos hará exhibir nuestra mejor versión.
No obstante, aunque en el film se hace mención a una teoría expuesta por el psicólogo noruego Finn Skårderud, ésta en realidad nunca ha existido. Lo cierto es que Skårderud, sólo elogió una buena copa de vino en el prólogo de un libro, sin mayor basamento científico sobre algún beneficio del consumo de alcohol o referencia a un grado mínimo determinado.
Sin embargo, el argumento de esta historia nos hace plantearnos la posibilidad de que realmente seamos un poco mejores con un pequeño grado de alcohol. Para ello, recurramos a los verdaderos investigadores y sus hallazgos.
Beneficios del consumo moderado de alcohol
Antes de iniciar con este listado, es oportuno indicar que, estos supuestos beneficios sólo podrían ser posibles con un consumo ligero a moderado de bebidas etílicas, es decir, sólo una copa diaria.
En este sentido, es también de resaltar que existen muchos otros factores que podrían influir en obtener o no estas bondades, nos referimos a que tomar o no una copa de vino diaria por sí sola no dará ningún resultado ni negativo ni positivo, para ello se debe evaluar el estilo de vida de la persona, sus hábitos alimenticios, su exposición al estrés, su actividad física, condición de salud general, entre otras cosas.
Considerando lo anterior, conozcamos lo que la ciencia ha descubierto:
Mejor rendimiento laboral
Un estudio finlandés señala que los bebedores moderados faltan menos a sus trabajos que quienes evitan la bebida. Así, indica el estudio que las personas que no beben faltaron 1,2 veces más que aquellas que sí lo hacen moderadamente. Por otro lado, los resultados muestran que además los bebedores ejecutan mejor sus actividades.
Optimistas
Contrario a la creencia generalizada, un estudio determinó que los niveles de depresión y ansiedad entre los no bebedores es mayor frente a los que se toman un par de copas al día.
Salud cardiovascular más fuerte
Una buena parte de la comunidad científica especializada, coincide en que el consumo de una o dos copas de vino al día reporta beneficios para el sistema circulatorio y el corazón.
Algunas investigaciones han arrojado que este hábito, reduce las tasas de muerte por ataque cardíaco o derrame cerebral, así como que disminuye la posibilidad de padecer enfermedades cardiovasculares. Los expertos creen que se relaciona al aumento de los niveles de HDL (conocido como colesterol bueno) que produce el alcohol.
Buena salud mental
Con sólo una copa de vino al día, se puede disminuir la posibilidad de padecer Alzheimer.
¿Qué pasa cuando una persona toma demasiado alcohol?
Como ya lo señaláramos, estos beneficios sólo pueden ser percibidos en la medida que el consumo de alcohol sea moderado. Considerándose así que un adulto sano podría ingerir una copa diaria, en el caso de las mujeres, y hasta dos diarias en los hombres.
Más allá de estos niveles, no se estimaría moderado y estaríamos en el peligroso terreno de la dependencia o el alcoholismo, cuyas consecuencias son absolutamente nocivas para la salud física y mental.
Entre estos terribles efectos encontramos: el aumento de riesgo de padecer ciertos cánceres, como el cáncer de mama, boca, esófago e hígado. Asimismo, el exceso puede producir miocardiopatía alcohólica o daño a los músculos cardíacos. No puede quedar de lado el riesgo a sufrir enfermedades del hígado, lesiones graves o muerte accidental y síndrome de abstinencia alcohólica, entre muchas otras.
No somos iguales al momento de ingerir alcohol
La evidencia más antigua que existe del uso de bebidas alcohólicas, datan de hace más de 9.000 años. Se trata de un brebaje fermentado de arroz, miel y uva. Con tantos años conviviendo con este tipo de bebidas, creeríamos que estamos más que acostumbrados al alcohol en nuestro sistema.
Pues resulta que años de evolución no nos han dotado de la misma resistencia física para procesar estos elementos. Por lo tanto, el efecto que la misma cantidad de alcohol pueda tener entre dos personas puede variar muchísimo, por lo que no hay manera de determinar cuánto es saludable o beneficioso, de forma general.
Aunado a lo anterior, hasta qué punto una persona se siente mejor, más segura o más productiva con un par de copas en su sistema, es una valoración subjetiva. Por ello, no podemos tomar a la ligera la opción de embriagarnos un poco sin tener más miramientos de nuestra situación individual, para no ponernos en riesgo.
