Antes de empezar de lleno con esta materia quizás es conveniente que tengamos claro de que trata la taxonomía. La palabra taxonomía tiene su origen en el vocablo griego “táxis” que significa “ordenación”. Este término se emplea comúnmente para referirse a la taxonomía biológica.
En un sentido muy amplio podemos decir que es la ciencia de la clasificación de los organismos biológicos. La misma, se encarga de ordenar y jerarquizar de forma sistemática los grupos de individuos orgánicos. Además, se estudia las relaciones de parentesco o afinidades que se producen entre las distintas especies.
Por su parte, esta ciencia se puede dividir en dos: la primera es la microtaxonomía, que se encarga de describir determinadas especies. La segunda es la macrotaxonomía, que clasifica esas especies.
Nombre científico del ser humano
Es común que un científico descubra una especie nueva. Cuando esto ocurre, el investigador debe analizar las propiedades físicas y genéticas del organismo. Este análisis le permitirá decidir en qué familia, clase, filo y reino deberá colocar el nuevo organismo. La taxonomía permite clasificar a los seres vivos en varios niveles o jerarquías.
Cada organismo, sin importar su tamaño o complejidad biológica, puede ser clasificado en una clase, una familia, un género y una especie.
Al respecto, Carlos Linneo, en el año 1731 desarrolló, un sistema binomial para nombrar las especies. Es decir, el nombre científico de cada organismo consta de 2 palabras: la primera es el género y la segunda la especie. Si tomamos como ejemplo al lobo, su denominación científica es: Canis lupus. Así, Canis es el nombre del género y lupus el de la especie.
Fue el mismo Linneo que en el siglo XVIII creó el nombre científico del ser humano: Homo sapiens (del latín “homō”, que significa “hombre”, en tanto que “sapiens” significa “que piensa” o “sabio”). Tal clasificación de nuestra especie apareció por primera vez en una obra de Linneo llamada “Systema naturae” en el año 1735.
Reinos de la taxonomía
Los encargados de clasificar una nueva especie de animal (o planta, etc.) toman en cuenta sus características específicas para agruparlo con aquellos que son similares.
Tomemos como ejemplo a los gatos.
Los gatos domésticos (Felis catus), sin importar sus diferencias externas, son miembros de la misma especie. Por otro lado, los leones y los tigres pertenecen a especies diferentes, pero tienen suficientes similitudes para pertenecer al mismo género “Panthera”. Ahora bien, los leones, tigres, guepardos, leopardos y panteras pertenecen a la familia “Felidae” o “Felinos”.
Al principio, en la taxonomía, solo había dos reinos: Plantae y Animalia. Luego, se introdujo un tercer reino, llamado Protista, para aquellos organismos que no son claramente plantas o animales, como los protozoos y las algas. Tiempo después se hizo necesario incluir un cuarto reino llamado Monera, el cual llegó gracias a los avances genéticos y agrupa a los microorganismos sin un núcleo distinto, como los procariotas.
De igual manera, existe un quinto reino de nombre eucariotas, el cual agrupa a los microorganismos que tienen un núcleo distinto. Sin embargo, este reino aún no es aceptado por todos los científicos.
Clasificación del hombre según la taxonomía
Es común que muchos diferencien a los humanos de los animales, pero la ciencia clasifica al hombre como animal, toda vez que se trata de una especie que es miembros del reino Animalia.
En consecuencia, la clasificación del ser humano según la taxonomía es:
Reino: Animalia (donde se incluye a todos los animales).
Filo: Chordata o Cordados. (que poseen notocorda que es una cuerda cartilaginosa que tienen en el dorso los animales del tipo de los cordados. En los vertebrados corresponde a la columna).
Subfilo: Vertebrata (animales con columna vertebral).
Clase: Mammalia (mamíferos).
Orden: Primates.
Parvorden: Catarrhini.
Familia: Homínidos (primates bípedos y los grandes simios).
Tribu: Hominini.
Subtribu: Hominina.
Género: Homo.
Especie: Sapiens.
Esta taxonomía nos muestra claramente que los hombres son animales, primates y homínidos. Por su parte, en la actualidad los humanos somos la única especie del género Homo, siendo que el resto de los homínidos se extinguieron hace miles de años.
Otras especies del género homo
Veamos qué parientes de nuestra rama de especie existieron:
▷ Homo hábilis – Hombre hábil (extinto)
▷ Homo rudolfensis – Hombre del Lago Rodolfo, (actualmente lago Turkana), Kenia (extinto)
▷ Homo georgicus – Hombre de Georgia, Georgia Europa Central (extinto)
▷ Homo erectus – Hombre erguido (extinto)
▷ Homo antecessor – Hombre que va delante (extinto)
▷ Homo cepranensis – Hombre de Ceprano (proviene de Frosinosne, provincia de Italia) (extinto)
▷ Homo floresiensis – Hombre de Flores (proviene de la Isla de Flores, Indonesia) (extinto)
▷ Homo heidelbergensis – Hombre de Heidelberg (extinto)
▷ Homo neanderthalensis – Hombre de Neandertal (extinto)
▷ Homo rhodesiensis – Hombre de Rodesia (extinto)
▷ Homo sapiens – Hombre sabio – Humano actual (único superviviente)
En la actualidad, los científicos se refieren al ser humano como “hombre anatómicamente moderno”, y algunos lo clasifican como subespecie del homo sapiens y le dan el nombre científico de “Homo sapiens sapiens”.
Puntos controversiales sobre la clasificación del hombre moderno
La taxonomía de nuestra especie deja muy en claro la clasificación del hombre anatómicamente moderno, pero no da pistas sobre quien es nuestro antepasado evolutivo directo.
Al respecto, es de destacar que hasta hace poco tiempo se pensaba que los seres humanos evolucionaron de un solo antepasado, pero en la actualidad se sabe que la evolución del hombre moderno está precedida por tres especies humanas inteligentes.
Los estudiosos sostienen que estas tres especies convivieron juntas y compitieron por los mismos recursos, tales especies son:
❶ El hombre de Neanderthal (Homo neanderthalensis).
❷ El homínido de Denisova (Denisovano).
❸ El hombre moderno (Homo sapiens).
Son los estudios recientes, se piensa que estas tres especies son parte de una misma historia que en un momento determinado, se cruzaron formando una sola especie; no obstante, la clasificación taxonómica sigue tratándolas como especies separadas.
Otros homínidos deberían clasificarse como homo
Algunos científicos piensan que el ser humano no debería ser el único homínido en el género Homo. Así, argumentan que debido a la relación cercana que existe entre los humanos, los chimpancés, los gorilas y los bonobos todos deberían formar parte de un mismo grupo taxonómico.
Los más antiguos deberían ser subespecies de Homo sapiens
De igual manera, una corriente científica piensa que los miembros más antiguos del género homo deberían clasificarse como especies separadas o subespecies de Homo sapiens. De hecho, ya usan los nombres “Homo sapiens neanderthalensis” y “Homo sapiens rodhesiensis” para referirse a ellos como subespecies.
Un nombre nuevo para los seres humanos
La controversia de si los hombres antiguos deberían o no estar clasificados en subespecies diferentes, ha llevado a algunos a proponer nombres científicos alternativos (que muestran características específicas).
Los más difundidos son:
✓ Homo faber (Hombre que fabrica).
✓ Homo amans (Hombre que ama).
✓ Homo technologicus (Hombre tecnológico).
✓ Homo peregrinum (Hombre que viaja o vaga).
Su presentación es muy buen, pero no enseño a los estudiantes clasificación del siglo XVIII, cuando la única opción era creer en el gran Lineo, quien hablo del reino vegetal, que en la actualidad no existe, pues él se refería a este reino a todo lo vivo no móvil y creía que tambien estaban los homgos como parte de las plantas, generando una confusión que hasta hoy se evidencia en usted y muchas otras personas y autores. Los hongos son vegetales, y tienen su reino, las plantas son vegetales y también tienen su reino Plantae, aunque también hay protistas vegetales, pero están el en reino protista.
Sería bueno ver las varias líneas de propuestas taxonómicas para que se enseñe la historia como tal, y los avances científicos tengan validez en la actualidad.
¿Porque le gustan complicar las cosas? Investigar más e inventar. Creo que inventar está bien pero inventos reales palpables. A veces se inventa mucho de la suposición. El hombre antes de construir el motor de combustión supuso mucho y al mismo tiempo final lo creó. Las suposiciones que se queden en el laboratorio personal y cuando se demuestren y se hagan fecundas entonces creo que pueden salir a la luz. No anticiparse a los hechos por que fulano crea. ¡Investigue, demuestre, y cree (hacer algo)