Si por algo se ha caracterizado el ser humano, ha sido por extender su presencia a toda la Tierra durante su historia. De esta forma, hoy son muy pocos los lugares donde no se consigue un asentamiento humano, prácticamente ya colmamos todo el planeta.
Ante este panorama, se ha planteado la idea de explorar y habitar otros planetas, pero ¿es eso posible? Conozcamos qué dicen los expertos.
¿Por qué nos iríamos de la Tierra?
Cuando escuchamos sobre colonizar otro planeta o de las posibilidades de que existan planetas con características similares a la tierra, pareciera un asunto sencillo. Muchas veces, podría crearse la ilusión de que armaremos maletas y sólo nos vamos a otro lugar por mera satisfacción, curiosidad o asuntos de trabajo, pero, en realidad, esto no sería un simple viaje.
Lo cierto es que hemos evolucionado específicamente para las condiciones del planeta Tierra, por lo que vivir en otro lugar en el espacio resulta, al día de hoy, una tarea titánica. Sin embargo, existen detonantes, situaciones o condiciones en nuestro mundo que podrían obligar a afrontar dicho proceso de partida.
Cambio climático y agotamiento de los recursos
Algunos expertos señalan, que las consecuencias de nuestra actuación hacia el planeta serán determinantes para que la vida en la Tierra sea insostenible. Lo más alarmante de estos pronósticos, es que no nos dan mucho tiempo para actuar.
En cuestión de unos 200 años podríamos estar hablando de un planeta muy diferente y de condiciones sumamente hostiles para la vida de los humanos. En particular, el aumento de las sequías, inundaciones, derretimiento de los glaciares, disminución de la biodiversidad, aparición de nuevas enfermedades, entre otras situaciones, son sólo algunos ejemplos de lo que podremos sufrir. El planeta podrá reponerse de todos estos daños a largo plazo, pero la especie humana tal vez no la cuente. Es por ello, que mucho sugieren buscar otro planeta como nuestro plan B.
Impacto de meteoros
No todo es nuestra culpa, otra razón que puede poner fin a nuestra vida en la tierra tal como la conocemos podría ser el choque de un meteoro. Esta teoría, también se ha popularizado para explicar la extinción de los dinosaurios. Y es que de suceder, es probable que sobreviva un grupo importante de humanos en la tierra, pero las condiciones serán tan hostiles que lo mejor será huir.
Exploración espacial
La más optimista de las razones, sería la idea de colonizar otro planeta, establecer un puñado de humanos en él como parte de nuestra naturaleza expansionista.
Posibles destinos para colonizar
Ahora bien, teniendo claro las razones por las que partiríamos de nuestro planeta, debemos tener fijo algún destino. A esta terea se han dedicado muchos científicos, sin embargo, determinar cuál sería ese otro lugar en el universo que nos acoja no es tarea sencilla. No obstante, se ha desplegado una lista interesante de opciones, veamos.
¿Colonizar Marte?
Aunque nos suene trillado, es la primera alternativa que se ha manejado. La razón ciertamente no es muy evidente, pues encontramos que sus características no nos dan precisamente la bienvenida. Con sus condiciones actuales y sin ningún tipo de equipamiento, vivir en Marte para los humanos significarían nuestra muerte instantánea.
Para comenzar, la radiación solar es increíblemente alta, asimismo, no tendremos oxígeno pues su atmósfera es irrespirable para los humanos. Otro dato interesante, es que los polos de Marte en lugar de contener agua congelada contienen dióxido de carbono. Y como es lógico pensar, necesitamos agua para vivir.
Aunque no todo está perdido, algunas exploraciones han encontrado indicios de corrientes de agua subterráneas.
La manera de poder sobrevivir a estas condiciones, sería mediante la construcción de bases acondicionadas. Ahora bien, aun cuando pudiéramos construir estas bases, sería necesario afrontar el mayor reto que supone Marte: su ausencia de campo magnético.
En este sentido, el campo magnético es esa fuerza generada por los planetas, que impide que los vientos solares arrasen con la atmósfera. En el caso del planeta rojo, tiene una atmosfera muy delgada y cada vez es menor, pues los vientos solares la van eliminando. A ello, hay que sumar que el campo magnético es el principal escudo en contra de la radiación cósmica, por lo que la ausencia de esta defensa es el mayor reto a superar si queremos vivir en Marte.
Venus
Esta opción podría considerarse más viable, primero porque está más cerca de la tierra que marte, por lo que podría tener condiciones más favorables, por otro lado, la gravedad en ese planeta (8.87 m/s2) no es muy diferente a la de la tierra (9.8 m/s2). De igual manera, posee un sólido campo magnético como defensa ante los vientos solares y radiación. Sin embargo, su temperatura y presión resultan grandes problemas por ser muy elevadas.
Para sortear este inconveniente, la NASA propone vivir en las alturas, a unos 50 Kilómetros sobre la superficie del planeta donde la temperatura, presión y humedad serían mucho más agradables para nosotros. Como se puede observar, el mayor reto sería diseñar un sistema de ciudades “flotantes” que no supongan riesgos para sus habitantes.
Vayamos a Titán
Una de las lunas de Saturno cuenta con una pequeña atmósfera que lo protege de las radiaciones y todavía mejor, posee agua, aunque congelada. Pero no está libre de obstáculos, por su ubicación lejana del sol su temperatura es de -180 grados.
Kapteyn B
Si exploramos un planeta fuera de nuestro sistema solar, es decir un exoplaneta, este es el que ofrece más posibilidades para los humanos. Lo primero a resaltar, es que está ubicado en la zona de habitabilidad de su estrella. Lo que lleva a pensar que hay agua y oxígeno en su superficie.
El detalle, es que se encuentra a unos 13 años luz de la Tierra, siendo el exoplaneta potencialmente habitable más cercanos que se ha localizado, aun así, no es un viaje posible de realizar en un futuro cercano.
Kepler 22-B
Se le considera el gemelo de la Tierra pero a 600 años luz de la Tierra. Aunque también orbita en la zona de habitabilidad de su estrella, resulta imposible determinar con certeza si su atmósfera es respirable o si existe agua líquida en él.
Problemas por resolver
Ya conocemos los posibles destinos, pero como vimos tenemos que enfrentar grandes retos para poder habitarlos. Algunos están muy lejanos como para si quiera tener la posibilidad de explorarlos y otros simplemente no nos ofrecen condiciones mínimas para que podamos vivir. Pero éstos son sólo algunos problemas, existen muchos otros que resolver. A continuación mencionaremos algunos de estos inconvenientes.
Cambios evolutivos
Los seres humanos hemos evolucionado para vivir en el planeta Tierra. De este modo nuestros cuerpos, genes y demás estructuras fisionómicas, existen tal como las conocemos por una razón de adaptabilidad. Por ello, elementos como una disminución o aumento en la gravedad, temperatura, presión o alguna otra condición relevante podría llevarnos a cambiar nuestras estructuras biológicas.
Esta afirmación se basa en las experiencias de los astronautas y los estudios a los que han sido sometidos a su regreso. Así se ha determinado que, por ejemplo, se ven afectados los huesos y músculos. pues éstos se debilitan ante la falta de gravedad.
Adaptación
Más allá de una posible evolución de la especie humana para adaptarnos, deberemos recurrir a otras maneras de sobrevivir en un nuevo planeta, ya que es probable que no reúna todas las condiciones de la Tierra.
Esto lo tendríamos que hacer mediante la construcción de bases especialmente condicionadas para nuestra sobrevivencia. Así también, tendríamos que construir enormes invernaderos que nos permitan cultivar plantas y que éstas sobrevivan.
En este orden de ideas, habría que pensar cómo nos desenvolveremos nosotros, ¿siempre con un traje de astronauta?, por otra parte, ¿estaríamos dispuestos a estar siempre encerrados en una base?
Terraformación
Este término está referido a intentar adaptar a los planetas a nuestras necesidades. Evidentemente, es un proceso complicado, que requiere de muchísimo tiempo y probablemente de un acompañamiento humano constante. Por otro lado, es una idea planteada únicamente en teoría, ya que a nivel práctico no se ha creado siquiera la tecnología para intentarlo.
No obstante, esto no ha impedido a muchos expertos idear algunas teorías de cómo hacerlo. Así, se ha pensado desde sembrar bacterias y algas, o recurrir a la utilización de compuestos que nos protejan de las radiaciones, todo con miras a que otros mundos se parezcan a la tierra.
La mejor alternativa
Sin duda, vivir en otro planeta no es tan sencillo como tomar las maletas e irnos. Debemos enfrentar grandes desafíos en los que la ciencia se encuentra ocupada en estos momentos. Sin embargo, otros expertos prefieren no invertir su tiempo pensando en colonizar otro planeta.
Por el contrario, si ya sabemos de uno que reúne todas las condiciones para nuestra sobrevivencia, por qué no cuidarlo mejor y seguir aquí mejorando sus condiciones.