Es probable que hayamos escuchado el término “Chamán” muchas veces, sin saber exactamente de qué se trata. Por lo que de forma instintiva, se le relaciona con fantásticas historias de comunicaciones espirituales y estados de trance.
Lo cierto es, que la práctica del chamanismo entraña más que ritos y cánticos ancestrales. Se trata de una serie de creencias profundas, al servicio de la comunidad para lograr el equilibrio entre el mundo ordinario y el espiritual.
Veamos que es el Chamanismo
Para poder entender lo que es un Chamán y su función debemos hacer un acercamiento al chamanismo. En primer lugar, se debe dejar claro que no existe una sola forma de chamanismo; de hecho, se discute entre los antropólogos el uso de este término en forma genérica. Esto se debe a que cada tribu o comunidad tiene características propias, existiendo algunas coincidencias pero que para algunos no son suficientes para agruparlas.
Originalmente, el chamanismo proviene del concepto del “chamán”, propio de la región oriental de Siberia. Es decir, la noción es alimentada por las características propias de esa región y sus comunidades. Por ello, un grupo de antropólogos consideran que hablar de chamanismo de una forma general, implica una indebida apropiación cultural.
Pese a lo anterior, se ha logrado construir una idea genérica sobre lo que el chamanismo representa en todas sus diversidades a lo largo y ancho del mundo.
Así las cosas, se puede afirmar que el chamanismo conjuga creencias y prácticas que pueden ser similares al animismo, donde el mundo ordinario o físico está rodeado e influenciado por fuerzas y espíritus invisibles de dimensiones superiores e inferiores, que afectan todos los aspectos de la vida cotidiana. Pero, a diferencia del animismo, en el chamanismo se requieren conocimientos y capacidades especializados, obtenidos luego de mucha preparación.
¿Qué es un Chamán?
La palabra chamán proviene de Siberia y significa “el que ve en la oscuridad” o “el que sabe” haciendo referencia a los videntes y sanadores. Éstos, encuentran en el centro de sus creencias la afirmación de que todos los problemas, tanto físicos como emocionales y mentales, encuentran su origen en un desequilibrio espiritual. Por ello, su trabajo es restaurar el equilibrio perdido abordando el problema de raíz.
La mayoría de los especialistas definen la figura del chamán como una especie de intermediario entre el mundo físico y el espiritual, labor que desarrolla mediante un estado de trance. Con esta comunicación, consiguen de los espíritus ayuda para la curación, la caza, predicción del futuro o incidir sobre las condiciones meteorológicas, entre otras peticiones.
Otro aspecto que caracteriza a un chamán, es que se convierte en un guía espiritual al servicio de los demás. Así, uno de sus principales propósitos, es que la persona que acuda en su ayuda pueda recuperar la conexión con su espíritu y con la vida que le rodea, alcanzando armonía con todos los seres vivientes.
Según la tradición, existen varias formas de iniciarse en el mundo chamánico. Siendo la más habitual el contar con un ascendente chamán quien se encarguen de pasar sus conocimientos a sus descendientes. También puede darse que un chamán enseñe a un discípulo su conocimiento.
Características y funciones de un Chamán
Como ya hemos señalado, la figura del chamán se ha extendido a muchos lugares del mundo. No obstante, es importante dejar claro que el chamanismo no se relaciona a una religión particular. En este sentido, algunos ritos de determinada comunidad, que no practique el chamanismo, pueden llegar a confundirse con los ejecutados por los chamanes, sin que ello signifique más que un punto de coincidencia.
Ahora bien, en un intento por identificar los aspectos que caracterizan a los chamanes, se han realizado diversos estudios antropológicos. De esta manera, se ha logrado enumerar las facetas y funciones más importantes que ejercen los chamanes dentro de sus respectivas comunidades.
Habilidades
El chamán adquiere y desarrolla habilidades como la sanación y visión, así como, la capacidad de guiar y enseñar. También el don de la profecía y el manejo de los rituales, tanto en mundo ordinario como en el espiritual. Siendo el punto más destacado, que estas habilidades deben estar siempre al servicio divino y del bienestar de la comunidad.
Es importante destacar que, dependiendo la cultura de la que se trate, el chamán obtiene estas habilidades después de una larga preparación o de algún tipo de iniciación.
Por ejemplo, en la Amazonia, el aprendiz de chamán logra el contacto con los espíritus luego de experimentar un tiempo de soledad y ayuno en las selvas. Mientras que, los chamanes del Ártico se valen de técnicas de éxtasis, especialmente relacionados con la respiración y gritos, que les brinda un soplo vital de los espíritus cazadores. Por su parte, el chamán siberiano experimenta su iniciación con una especie de segundo nacimiento, en el que desciende de un árbol madre con la cabeza hacia abajo.
Conexión con la naturaleza
Un chamán debe estar en constante conexión con la naturaleza, ya que a través de ella establece comunicación con la realidad espiritual que por lo general está fuera de la percepción del resto de las personas, para extraer de ella conocimiento, sanación o guía.
Esta comunicación con los espíritus puede tener la finalidad de reparar lo que se consideran errores cometidos por algún miembro de la comunidad, a los fines de recuperar la armonía entre el ser humano, el mundo material y su propio mundo espiritual. Esta conexión, puede realizarla él mismo o servir de guía que ayuda a otros a realizarlo.
Servicio a la comunidad
El chamán estará siempre al servicio de la comunidad, una característica muy propia de esta figura es que lleva una vida normal, como cualquiera de su grupo social. Pero adicionalmente, cuando la comunidad así se lo requiere y lo reconoce como un chamán, realiza sus funciones para el bien común.
Este es un requisito imprescindible, que viene dado en gran medida por su evolución espiritual. Así, se convierten guías, poseedores de sabiduría, de conocimientos que van más allá del tiempo y espacio. Este conocimiento ancestral, debe ser compartido para enriquecer a los integrantes de su comunidad e incluso les permita a ellos elevarse espiritualmente también.